Maduro contra las cuerdas
[21-08-2015 15:56:13]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor
(www.miscelaneasdecuba.net).- Nicolás Maduro y su corte, están
conscientes que el rojo rojito del chavismo está palideciendo ante la
ola de impopularidad del gobierno engendrada en la ineficiencia, la
corrupción y el abuso de poder de sus funcionarios.
Convencidos que no pueden perder tiempo ni subestimar a sus rivales, y
que apartarse del poder puede significar grandes contrariedades, están
montado una tramoya que les permita perpetuarse en el poder, aunque sea
con menos legitimidad que la que han disfrutado hasta ahora.
La primera puesta en escena es la de nación amenazada. Sumada a
denuncias de complots en los que se acusan a sectores de la oposición de
estar vinculados a factores extranjeros, en este caso Estados Unidos, el
enemigo preferido por los déspotas.
Sigue la persecución a ciertos opositores, lo que genera dudas y
desconfianza en ese sector, labor que se refuerza sembrando la discordia
con rumores, amenazas y distinciones a determinadas personalidades u
organizaciones, incluidas acciones judiciales.
Dividir es el objetivo principal del oficialismo, por eso la
interdicción de candidatos de la oposición a la Asamblea Nacional, junto
al rechazo de los observadores internacionales que no estén
comprometidos con el régimen.
Otro instrumento en el arsenal del régimen es estimular la inseguridad
pública. Un ambiente de caos producido por saqueos y otras conductas
delictivas aunque muestre la incapacidad del gobierno para resolver los
problemas del país, generaría una crisis de gobernabilidad que solo el
uso de la fuerza podría controlar.
Un eventual "caracazo" a nivel nacional en vísperas de elecciones,
sumado a los graves problemas que enfrenta el gobierno, facilitaría a
los sectores más extremistas del oficialismo recurrir a la fuerza para
imponer el orden, acción que repercutiría en la suspensión de los
comicios o la reducción de las garantías constitucionales, condiciones
que harían imposible el triunfo de la oposición.
Es evidente que la oposición enfrenta una vez más el difícil reto de
pugnar contra un régimen que al estar legitimado por el voto y
controlar las instituciones del estado, cuenta con la opción de
criminalizar los factores políticos que le adversen, particularmente a
sus líderes.
El fortalecimiento y desarrollo de fuerzas con capacidad para enfrentar
el despotismo electoral es muy espinoso, pero es aún más complicado si
se intenta vincular el trabajo electoral con demandas cívicas, una de
las pocas formulas, dentro de la legalidad, que pueden tener resultado
en la confrontación no violenta con el despotismo surgido de las urnas.
Además es un serio desafío para la oposición conservar la unidad de
objetivos y métodos, si se tienen en cuenta los diferentes segmentos
que la componen, mientras el régimen, más allá de las eventuales
diferencias que puedan existir en la cúpula, siempre presenta una
fachada sólida, ya que el poder sirve como fuerza aglutinadora.
La situación demanda que la oposición sea tolerante con las diferencias
endógenas, poner el acento en la comunicación directa con sus
partidarios, con la ciudadanía en general y también con las bases del
oficialismo. Esta última disposición no implica cambiar o aceptar
propuestas que atenten contra los valores y principios que se ha
propuesto defender.
Es de suponer que en el marco opositor hay políticos y activistas
sociales comprometidos con los valores democráticos, pero conscientes
que las dictaduras de terciopelo legitimadas en el despotismo electoral,
demandan acciones en el precario margen de legalidad que concede el
régimen a los que le desafían.
Estos dirigentes, el principal objetivo a destruir por el gobierno,
comprenden instintivamente que las reglas de juego para enfrentar una
autocracia legitimada por el voto y con capacidad de sobornar a la
población manipulando sus necesidades más básicas, no son las mismas
que plantea una campaña electoral en la que los derechos de los
contendientes son respetados.
Por otra parte los conflictos internos disminuyen las críticas y
cuestionamientos, mientras limitan la posibilidad de elaborar programas,
proyectos viables, que presenten alternativas concretas para dar
solución a los problemas que el gobierno ha sido incapaz de resolver.
Interpretar y desarrollar actividades contra un régimen despótico
fundamentado en la legitimidad que otorgan los votos de unos comicios
plurales y secretos, es sumamente complejo por lo que demanda una
inventiva para la que los políticos de formación genuinamente
democrática deben prepararse.
El chavismo está consciente que la popularidad del régimen esta en
cuidados intensivos y que a pesar del control que ejerce sobre la
institución electoral pueden perder las elecciones, por eso enfocara
muchos de sus recursos en incentivar los conflictos y exacerbar las
diferencias.
La oposición debe blindarse contra sus propias contradicciones,
enemistades y diferencias, sus conflictos internos podrían darle la
victoria, real o trampeada, al gobierno, lo que resultaría en una
siembra de desesperanzas entre sus partidarios muy difícil de remontar
en el futuro.
Source: Maduro contra las cuerdas - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/55d72dfd3a682e0ef8157eba#.VdhhNPaqqko
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