Friday, March 4, 2016

Cebolla y caviar, ¿el principio del fin?

Cebolla y caviar, ¿el principio del fin?
LUIS NIETO, Montevideo | Marzo 03, 2016

La socióloga Lorena Freitez fue nombrada ministra de Agricultura Urbana
de Venezuela el pasado 21 de enero, en sustitución de Emma Ortega, que
sólo duró dos semanas en el cargo. La nueva ministra lanzó una consigna
ambiciosa: "Transformar las ciudades de consumo en ciudades
productivas". El razonamiento es que si el 84% de la población
venezolana vive en las ciudades, y sólo el 11% en el campo, parece obvio
que las ciudades, aprovechando el espacio productivo con que cuentan,
podrán generar el alimento que necesitan, sin necesidad de depender de
la importación y de lo poco que produce ese 11% que vive en el campo. Su
misión es impulsar desde las comunas la "Revolución Productiva", publicó
Maduro en su cuenta de Twiter en ocasión de sustituir a Emma Ortega por
la joven socióloga.

Hija de sociólogos, activa joven del entorno chavista, es conocida por
su dedicación a la creación de "colectivos", grupos de militantes
bolivarianos, siempre a la orden para lo que venga. Uno de los
colectivos fundados por la joven socióloga, "Tiuna El Fuerte", puede
definirla, seguramente que no por sus conocimientos de agricultura sino
por su adhesión al núcleo duro de los militares cubanos y venezolanos
que sostienen al régimen chavista. En Fuerte Tiuna no sólo tiene su sede
el Ministerio de la Defensa, sino que, también es el enclave principal
de las Fuerzas Armadas del régimen, y de distintas dependencias de
Inteligencia. Quien organiza las bandas parapoliciales llamadas
"colectivos", en un lugar tan selecto, es, sin lugar a dudas, alguien
del riñón chavista.

Sin lugar a dudas que en cualquier país serio un ministerio llamado de
"Agricultura Urbana" no hubiese prosperado. No se lo hubiese permitido
un Parlamento con algo de sentido común e independencia, ni se lo
hubiera permitido la calle. ¿Qué quiere impulsar ahora Maduro? Nada
menos que utilizar cuando pedazo de tierra que haya disponible para
sembrar cebollas, papas y maíz. Es una apelación clara al "sálvese quién
pueda". En su nombramiento ministerial, formalizado a través de twiter,
argumentó que él y Cilia (su esposa) crían 50 gallinas en su casa, y eso
da la medida de lo que cualquier venezolano podría hacer para superar
fácilmente la emergencia alimentaria "Llegó la hora de impulsar una
nueva cultura productiva". Si bien la medida difiere, no así el espíritu
de la medida con la Revolución Cultural de Mao, o el traslado forzoso a
los campos impuesto por Pol Pot en Camboya, por nombrar sólo dos
ejemplos que costaron millones de vidas humanas.

Ya Chávez había insistido en aprovechar los espacios verdes de Caracas
para producir alimentos para la población. En una esquina del Palacio de
Miraflores, sede del Gobierno, había conseguido cosechar maíz, tomate y
pimentón. Además, trabajó en un proyecto para llenar Caracas de
gallineros verticales, para ser utilizados por la gran cantidad de
edificios de apartamentos. En materia de innovación gubernativa, hay que
recordar cuando Maduro decretó la creación del Ministerio de la Suprema
Felicidad Humana Se supone que el nuevo Ministerio de Agricultura Urbana
avanzará sobre los espacios verdes de las principales ciudades con el
fin de cumplir con el cometido de creación del Ministerio. La misión no
se agota en la producción agrícola allí donde haya tierra disponible en
la ciudad, sino que insta a la cría de pollos y gallinas en balcones y
terrazas de apartamentos, y la de cerdos y caprinos en las zonas más
áridas de la ciudad. Esto, lamentablemente, no es una broma. Basta con
buscar en internet y leer la propaganda oficial para comprobar la
importancia que le da el régimen chavista a estas iniciativas, a las que
les asignó una buena millonada de bolívares.

Hoy nos piden desde Caracas que divulguemos el estado en que está la
Salud Pública, donde el déficit de medicinas alcanza a niños con cáncer
y enfermos de Alzheimer y Parkinson. No hay medicinas, no hay alimentos
para la población, el voto popular dejó al chavismo sin Parlamento, pero
el régimen cívico-militar, como al chavismo le gusta autodefinirse, se
aferra a la balsa destartalada de este Titanic tropical. Lo deben
meditar los amigos de Maduro, Cabello y demás seguidores del finado
coronel Hugo Chávez. Muchos son expertos en sobrevivir a estas
desgraciadas decisiones de solidaridad internacional, y cuando todo
pase, y sólo quede el recuerdo del dolor infringido al pueblo venezolano
seguirán ejerciendo en nombre del pueblo. De un pueblo abstracto, por
supuesto, usando el manual de procedimientos políticos para llegar al
poder por la vía democrática, porque en eso sí el chavismo ha sentado
escuela.

Pero no todo serán cebollas plantadas en macetas y jardines. La
oposición sostiene que el chavismo ha sustraído de las arcas públicas
una cantidad superior a la deuda externa venezolana. La Asamblea
Nacional (Parlamento unicameral), ahora en manos de la oposición, ha
decidido impulsar una investigación en torno a las irregularidades en la
asignación de nombres conocidos, como José David Cabello, hermano de
Diosdado, expresidente de la Asamblea Nacional, o los sobrinos de Cilia
Flores, ahora presos en Nueva York. Carlos Erik Malpica Flores, uno de
los sobrinos, era tesorero de la Nación, función que alternaba con el
contrabando de cocaína. El hermano de Cabello ocupa el cargo de
Superintendente Nacional Aduanero y Tributario. El general Rafael
Oropeza y el coronel Félix Osorio, ambos exministros de la Alimentación,
fueron responsables de que los contenedores con carne y pollos
procedentes de Uruguay se pudrieran sobre los muelles del puerto de
Maracaibo, porque el negocio no estaba en la importación sino en las
divisas que el Banco Central adelantaba, que estaban muy por encima del
cambio oficial con las que luego operaban en el mercado negro. La lista
es muy extensa, todos los investigados tienen vínculos directos con el
poder chavista.

El diputado Ismael García, quien presentó la iniciativa de formar una
comisión investigadora, fundamentó la medida en que existe documentación
suficiente que indica que de los 230 millones de dólares asignados para
llevar bienes y servicios a Venezuela, el 60% de los mismos terminaron
en empresas truchas, que sobrefacturaron y simularon importaciones. El
diputado asegura que de acuerdo a la documentación que maneja la
Asamblea Nacional, el defalco asciende a 138.000 millones de dólares en
una década. Ahí está el dinero que hoy falta para importar medicinas y
alimentos que deben sustituir a la fundida industria alimentaria
venezolana. Sólo en 2014, se perdieron 400 millones de dólares en
medicinas que nunca llegaron a formar parte del stock del sistema de
salud. Mientras tanto, Venezuela es el país latinoamericano que más
dinero ha invertido en armamento.

Esos señores y señoras de la intermediación no tendrán que plantar
cebollas en cubiertas de autos y cuanto recipiente pueda albergar un
poco de tierra, tienen caviar asegurado, del mejor que se produce en
Rusia, uno de los países con los que Venezuela mantiene relaciones
comerciales privilegiadas. Desesperado por conseguir divisas frescas,
PDVSA acaba de vender en 500 millones de dólares una ampliación del
paquete accionario de la rusa Rosneft en la venezolana estatal
Petromonagas, de la franja del Orinoco, que ya sitúa a la rusa como
poseedora del 40% de las acciones, empresa que poco a poco va
desapareciendo del patrimonio de PDVSA, como tantas otras.

*Nota de la Redacción: esta columna de opinión ha sido publicada
previamente en el semanario uruguayo Voces. La reproducimos con la
autorización del autor.

Source: Cebolla y caviar, ¿el principio del fin? -
http://www.14ymedio.com/opinion/Cebolla-caviar-principio-fin_0_1955204465.html

No comments:

Post a Comment