DIEGO ARRIA: Venezuela compra un asiento en el Consejo de Seguridad
10/02/2014 11:00 AM 10/02/2014 3:00 PM
Los gobiernos de América Latina y el Caribe representados en las
Naciones Unidas han respaldado la candidatura de la tiranía comunista
venezolana, creada por Hugo Chávez y continuada por su suplente
designado, Nicolás Maduro, para que los represente para un asiento no
permanente en el Consejo de Seguridad para el período 2015-16.
Semejante despropósito no podía promoverse en un peor momento, cuando
fuerzas emergentes de la mayor peligrosidad amenazan la paz y la
seguridad mundial que tanta unidad necesita para hacerles frente.
Precisamente, cuando el Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad una
resolución exigiendo a los países aprobar leyes que prohibieran viajar
al extranjero para unirse a grupos terroristas, o la financiación de
esos esfuerzos; el régimen de Venezuela es conocido por proporcionar
pasaportes a muchos individuos del Medio Oriente pertenecientes a grupos
radicales, incluyendo a Hezbolá, así como de cooperar y proporcionar
logística y cobertura a grupos narcoterroristas como las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC). Una práctica sin duda delictiva y
alarmante.
Tanto es así, que cinco altos generales venezolanos han sido incluidos
por el Tesoro de Estados Unidos en la kingpin list (Lista Clinton) que
mantiene el Tesoro para todos aquellos cooperadores del tráfico de
armas, de drogas y de lavado de dinero. Dos de estos altos oficiales son
actualmente gobernadores de estados y miembros activos del Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Es tan vergonzoso como irresponsable que gobiernos que se enorgullecen
de ser democráticos, y que incluso muchos de ellos han sufrido bajo el
dominio militar, presten su apoyo a un régimen que durante los últimos
15 años se ha asociado con algunos de los peores y más infames
personajes como Saddam Hussein, Ghadafi, Al Bashir, Al-Assad,
Ahmadinejad y Mugabe.
Los gobiernos de América Latina y del Caribe no pecan por ignorancia.
Están muy al tanto del colapso de la democracia en Venezuela, así como
de la magnitud de su récord infame de violaciones a los derechos
humanos, entre ellos la reciente detención, persecución y tortura de
dirigentes políticos y estudiantiles debidamente documentados en el
Consejo de Derechos Humanos de la ONU, así como en el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos, y grupos de defensa de derechos
humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Los casos del
dirigente nacional Leopoldo López y de los alcaldes Daniel Ceballos y
Enzo Escarano son más que elocuentes de la inexistencia de un estado de
derecho. El sistema judicial del régimen aplica lo más cercano a la
práctica del linchamiento de los disidentes.
Estos países también conocen que el régimen venezolano está bajo el
control y la influencia del gobierno cubano, y que Cuba será el
representante de facto en el Consejo. También saben que más de la mitad
de la comunidad judía en Venezuela se ha visto obligada a abandonar el
país por el acoso infligido a ellos después de que el régimen rompió
relaciones diplomáticas con Israel, calificándolo de estado genocida.
¿Por qué hacen esto los gobiernos latinoamericanos y caribeños? Algunos
para pagar favores recibidos a través de "petrodólares de la diplomacia
de Venezuela", a través de la alianza petrolera Petro Caribe y la
Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). Otros para complacer a los
grupos de izquierda dentro de sus países, y otros para atacar
indirectamente a Estados Unidos en el Consejo por medio de Venezuela.
Dos casos son muy esclarecedores: el presidente de Colombia, Juan Manuel
Santos, en su calidad de ministro de Defensa bajo el gobierno del
presidente Álvaro Uribe, documentó el papel criminal desempeñado por el
régimen venezolano con las narcoterroristas FARC, y aun a sabiendas de
que tal asociación ha causado tanto sufrimiento a su propio pueblo,
decidió dejar este gravísimo delito de lado para apoyar el régimen de
Maduro. Ya antes lo hizo entregando al venezolano Walid Makled, el más
grande traficante de drogas de América Latina, no a la justicia
norteamericana, que lo esperaba para procesarlo, sino al que él calificó
como su mejor amigo: nada menos que Hugo Chávez. Por supuesto, nunca más
se ha sabido del personaje. Y por supuesto no ha podido revelar el
alcance de la mafia militar venezolana a la cual estaba asociado.
Chile, que tanto se benefició de los anteriores gobiernos democráticos
venezolanos, que incluso ayudaron a liberar a dirigentes políticos
prominentes de su propio partido que estaban presos por la dictadura de
Pinochet, ni se inmuta al respaldar a un régimen militarizado, como es
el caso hoy en día en Venezuela.
Venezuela ha pertenecido en cuatro ocasiones al Consejo de Seguridad. La
última vez en 1992-93, cuando tuve el privilegio de ser su
representante. Nuestra selección siempre fue votada por consenso, puesto
que mi país se distinguió siempre como miembro confiable y responsable
de la comunidad internacional, así como ser un promotor y defensor
activo de los derechos humanos, y del derecho internacional.
A pesar de ese vergonzoso respaldo, la decisión final para elegir a los
representantes en el Consejo de Seguridad recae en la Asamblea General,
que se encuentra en conocimiento de que la candidatura venezolana no
responde para nada al interés general de la comunidad internacional, por
lo que no debería proporcionar la mayoría de dos tercios necesaria para
ser elegido. No se equivoquen: el régimen venezolano no es solo un
enemigo declarado de Israel y de Estados Unidos, sino de los principios
que rigen a la propia organización mundial.
Esta infame realidad, junto con la inexistencia de la libertad de
expresión, hace de Venezuela el peor y más descalificado candidato para
representar a América Latina y el Caribe. Los países miembros no deben
permitir que Venezuela compre un asiento en la ONU a pesar de la
irresponsable complicidad de los países de la región.
Ex embajador de Venezuela ante la ONU.
Source: DIEGO ARRIA: Venezuela compra un asiento en el Consejo de
Seguridad | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-venezuela/article2483504.html
No comments:
Post a Comment