Tuesday, October 14, 2014

Los tristes “héroes” de Fidel Castro

Los tristes "héroes" de Fidel Castro
Sobre el asesinato del diputado venezolano del PSUV, Fidel Castro
insinúa que detrás se oculta la mano de la CIA
viernes, octubre 10, 2014 | Mario J. Viera

MIAMI, Florida -Luego de 24 párrafos, recontando a su modo la historia,
Fidel Castro decidió comentar en su último artículo el envío de una
brigada de médicos desde Cuba hacia África, para "luchar contra el
Ébola", a la vez que especulaba sobre el asesinato del prepotente y
furibundo diputado oficialista venezolano Robert Serra. Curiosamente,
mezcló a los médicos cubanos con el pandillero suramericano bajo el
título Los héroes de nuestra época.

Según él, "ambos hechos reflejan el espíritu heroico y la capacidad de
los procesos revolucionarios que tienen lugar en la Patria de José Martí
y en la cuna de la libertad de América, la Venezuela heroica de Simón
Bolívar y Hugo Chávez".

Sobre el asesinato del diputado venezolano del PSUV, insinúa que detrás
se oculta la mano de la CIA, con la complicidad de la oposición
democrática de Venezuela. Quizá su simpatía por Serra le recuerde los
tiempos en que era un pandillero en la Universidad de La Habana, dentro
del grupo gansteril de Emilio Tro Rivero, y cuando participara ─aunque
no se le pudo probar ─ en el asesinato del Presidente de la Federación
Universitaria, Manolo Castro y del Campo.

Robert Serra tenía estrechos lazos con los matones de los colectivos La
Piedrita, Los Tupamaros y Alexis Vive. Un analista político, Helly
Ángel, lo caracterizó de la siguiente manera: "Él fue un muchacho muy
controversial, muy problemático, incluso dentro de su propio núcleo
familiar, con muchos conflictos y enfrentamientos, incluso entre sus
propios familiares. Era un muchacho castrista, muy admirador de Fidel
Castro".

El 25 de abril de 2010, junto a 30 de los temibles motorizados que le
eran fieles, Serra fue a exigir que pusieran en libertad a uno de sus
compinches, detenido por las autoridades por agredir a dos personas y a
quien se le confiscó un arma con los seriales limados. Al no conseguir
su propósito, los motorizados tirotearon al Destacamento Móvil 51 de la
llamada Guardia Nacional Bolivariana.

La alharaca producida tras su asesinato contrasta con el silencio que se
hizo en relación con el crimen de dos de sus guardaespaldas; el primero,
el 5 de julio de 2011, y el segundo, el 24 de julio de 2012. En el
primer caso, el padre de la víctima declaró: "Yo sé que él (Serra) no
quiere que ustedes se enteren que mi hijo era escolta suyo, pero ¿cómo
puedo hacer yo? Lo único que quiero es que entreguen el cuerpo". En el
segundo caso, la madre de la víctima acusó directamente a Serra como
principal sospechoso, al declarar para el diario El Nacional: "Para mí,
el que mató a mi hijo está dentro de la Asamblea Nacional. Yo como madre
siento que la gente que trabajaba con él está metida en ese caso. ¿Por
qué si el diputado es inocente no ha dado la cara?"

Ahora, tanto Nicolás Maduro como Diosdado Cabello, y hasta el propio
Fidel Castro, intentan presentar el asesinato de Serra como resultado de
una conspiración donde están envueltos el ex presidente de Colombia,
Álvaro Uribe, la CIA y miembros de la oposición anti chavista. En fin,
simple manipulación política para convertir a un malandro con título
universitario y puesto de diputado en un héroe revolucionario y mártir
del Socialismo del Siglo XXI.

Entre los hechos de su muerte no existe ningún rastro que conduzca al
asesinato político. La violencia con que lo ultimaron es típica de un
acto llevado a cabo por criminales comunes. Así lo considera Luis Godoy,
quien fuera jefe de Investigaciones de la División contra Homicidios del
Cicpc: "Podría presumirse –afirma- que tendría que ver con algo muy
personal, muy intenso". Sufrió cuarenta heridas hechas con un arma punzo
penetrante a la altura del pecho, un punzón de hielo.

Según Godoy, el asesinato podría ser debido a "alguna deuda moral o
material", como manifestación de "un odio intenso". Por su lado, la
reportera Ronna Rísquez cita las declaraciones de una amiga personal de
Serra, Reina González, que sugieren que los asesinos eran personas de
confianza del diputado. González dijo: "En esa casa nunca se le abría la
puerta a nadie, así nada más. Uno tocaba y Robert veía quién era desde
unas cámaras que tenía en su oficina".

Vecinos que frecuentaban la vivienda de Serra no se explican cómo
pudieron los victimarios abrir la caja fuerte que tenía en su oficina,
de donde, se dice, tomaron dinero en efectivo. Además, los criminales se
llevaron dos fusiles M-16 y AR-15.

Búsquense a los asesinos de Robert Serra entre los motorizados de los
colectivos de los Tupamaros del 23 de Enero, de La Piedrita, de Alexis
Vive y del Frente Francisco de Miranda. Allí están y continúan en sus
fechorías, amparados por el régimen chavista.

Los otros tristes héroes de Castro son los integrantes de la Brigada
Médica enviada a Sierra Leona con total desprecio por la seguridad de
sus integrantes. Si las autoridades sanitarias de Cuba no son capaces de
contener las periódicas epidemias de dengue que golpean al país, mucho
menos podrían hacerle frente a un brote de Ébola. Bastará que uno de los
integrantes de esa brigada resulte infestado con el mortal virus. Pero
nada de eso le importa al decrépito dictador en jefe. Lo único que hace
que aún se sienta vivo son los titulares de la prensa sensacionalista.

http://www.cubanet.org/colaboradores/los-tristes-heroes-de-fidel-castro/

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