Saturday, September 3, 2016

Después del 1-S

Después del 1-S
FERNANDO MIRES | Oldenburg | 2 de Septiembre de 2016 - 20:06 CEST.

En términos generales el 1-S sucedió como estaba previsto, y aún con
algo más. El saldo puede ser considerado altamente positivo. La multitud
reunida en las calles de Caracas fue enorme. Ese día tuvo lugar una de
las demostraciones políticas más gigantescas habidas en la historia de
Venezuela. Se comprueba una vez más que el revocatorio era desde el
punto de vista político, la más popular, la más movilizadora, incluso la
más radical de todas las propuestas que en un momento manejó la MUD. Ya
no vale la pena insistir sobre ese punto. Está cerrado.

A partir del RR16 ha quedado claro que la oposición ha vencido
políticamente al régimen. Es mayoría absoluta en las urnas y en las
calles. Maduro es un gobernante derrotado. Todas sus cartas políticas
están agotadas. Solo le quedan las militares. De ahí los esfuerzos
desesperados de sus secuaces, Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez, por
desplazar las confrontaciones a un espacio militar. Es el único que les
queda. El pueblo —se vio muy claro en la ridícula demostración convocada
por Maduro— ya lo perdieron; tal vez para siempre. Los dos pilares
básicos del chavismo originario —los votos y la calle— están tomados por
la oposición.

La lucha por el revocatorio ha sido enmarcada dentro de los cuatro
puntos cardinales trazados por la MUD. Es pacífica, es democrática, es
constitucional y es electoral. No todos están contentos con esa línea
dentro de la oposición. Algunos, concordando peligrosamente con Maduro,
quisieran ver elevada la lucha a un nivel más confrontativo. Pero así es
la MUD y así es su línea. A los que están en desacuerdo solo se les
puede sugerir que intenten formar otra MUD, o algo parecido. Si no lo
han hecho después de tantos años significa que no han sido capaces. Y
eso no puede ser culpa de la MUD

Henrique Capriles —quien "algo" tiene que ver con el RR-16— lo dijo muy
claro: "Si nosotros estamos luchando porque se reactive la Constitución,
el método tiene que ser pacífico". En efecto, no se puede lograr un
objetivo pacífico usando vías violentas.

Capriles establecía de ese modo una relación medios-fines en las cuales
los medios no pueden ser separados de los fines, algo incomprensible
para quienes confieren a los medios un carácter puramente instrumental.
Más claro fue Capriles cuando dijo: "Si desvirtuamos la actividad del
1-S desvirtuamos al revocatorio".

Hay quienes piensan que el 1-S la MUD pasó por sobre la voluntad de las
multitudes. Pero las masas no son voluntades imaginarias. Las
fotografías muestran claramente que a esa marcha concurrió gente de
todos los estratos sociales. Muchos de los que bajaban desde los cerros
asistían por primera vez a una manifestación antigubernamental. Había,
además, ancianos, niños, amas de casa y hasta lisiados en sillas de
rueda. Si asistieron fue porque creyeron —en contra de las amenazas de
Maduro— en el carácter pacífico de la marcha. La MUD no engañó a nadie.
Puso los itinerarios, los límites de lugar y de tiempo. La
irresponsabilidad de los convocantes habría sido muy grande si hubiera
cambiado los objetivos durante el curso de la demostración.

El 1-S puede ser considerado como gran un ensayo general. Una
demostración de fuerzas que no podrá pasar desapercibida por el régimen.
Muy pronto vendrán movilizaciones más largas y decisivas.

El régimen, evidentemente, conciente de su inferioridad numérica,
intentará cerrar por todos los medios la posibilidad revocatoria. Hay
que tener en cuenta en ese sentido que no estamos hablando de políticos
normales. La camarilla de poder que asumió el legado de Chávez está
formada por seres que puede ser caracterizados, sin ningún problema,
como sociópatas. Como tales, creen que hagan lo que hagan, estarán
legitimados por una razón de la historia de la cual se sienten
depositarios. En breve, se trata de personas trastornadas por el uso del
poder y por tanto muy peligrosas. Si alguna vez aceptaran un diálogo,
solo será cuando no tengan frente a sí ninguna otra alternativa de
sobrevivencia política.

Bajo esas circunstancias, la pregunta que se plantea cada opositor es la
de qué puede suceder en caso de que el régimen logre imponer, mediante
la apelación a la fuerza bruta, la imposibilidad del RR16. ¿No llevará
eso al desencanto total? Puede ser efectivamente que así ocurra durante
algunos tramos. Pero también puede suceder lo contrario. Pues si el
régimen no da salida al revocatorio, aparecerá ante los ojos del mundo
violando abiertamente a la Constitución del país. Que a la de Almagro se
haya sumado la voz de James Carter —en el pasado reciente acusado de
"prochavista"— para exigir el cumplimiento de los plazos revocatorios
constitucionales durante el año 2006, es un hecho que habla por sí solo.
Entre la creciente oposición interna y la creciente oposición externa
surgirán muchas vinculaciones.

Ni las multitudes del 1-S ni la MUD se dejarán robar sus derechos
constitucionales. Si eso ocurre habrá llegado la hora del enfrentamiento
definitivo entre un régimen dictatorial y el pueblo ciudadano.

Las circunstancias descritas llevarán, si se da ese caso, a los partidos
de la MUD a buscar un diálogo directo con las fuerzas armadas (FAN). Un
diálogo que vaya mucho más allá de una carta abierta escrita el día
antes de cada demostración. Pues para nadie es un misterio que muchos
militares, ante la evidencia del fracaso total del régimen, no estarán
dispuestos a amarrar su destino al de una camarilla sin apoyo social y
sin dotes políticas.

Actúando en contra de la Constitución el ejército está condenado a
convertirse en una banda de delincuentes armados. Con y dentro de la
Constitución, protegiendo los derechos ciudadanos de las grandes
mayorías, puede llegar a ser una de las instituciones más respetables de
la nación.

Por ahora el régimen goza de la razón de la fuerza. La ciudadanía
opositora, en cambio, posee la fuerza de la razón. Los procesos
históricos de la modernidad han indicado claramente que nunca los
primeros han logrado imponerse sobre los segundos. Venezuela no será una
excepción.

Este artículo apareció en el blog Polis. Se reproduce con autorización
del autor.

Source: Después del 1-S | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/internacional/1472839615_25051.html

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