Thursday, June 23, 2016

Carta de Leopoldo López desde la cárcel “para los demócratas del mundo”

Carta de Leopoldo López desde la cárcel "para los demócratas del mundo"
El opositor venezolano encarcelado ha publicado en redes sociales una
misiva sobre el chavismo y la crisis que vive el país
Jueves, junio 23, 2016 | CubaNet

MIAMI, Estados Unidos.- El preso político venezolano Leopoldo López
escribió una carta, desde la cárcel militar de Ramo Verde, dirigida a
"los demócratas del mundo", según publica Infobae.

La misiva del líder del partido opositor Voluntad Popular llega un día
antes de la votación en la OEA que definirá si se aplica o no la Carta
Democrática del organismo sobre el régimen de Nicolás Maduro.

En el texto, López consideró que en estos más de dos años que lleva
"injustamente" detenido "ha avanzado la persecución contra la
oposición". A su vez, repudió y lamentó la grave crisis que atraviesa el
país.

A continuación, la misiva completa:

"Tiempo. El tiempo es el principal enemigo a vencer en una cárcel.

Comparto esta reflexión porque en varias oportunidades me han preguntado
sobre mis expectativas de libertad y siempre respondo siguiendo los
consejos del cardenal Van Thuan: no me he fijado plazos. Este cardenal
vietnamita fue apresado por 13 años el 15 de agosto de 1975, cuando,
bajo engaño, asiste a un llamado al palacio presidencial y al llegar es
acusado de ser parte "de un complot entre el Vaticano y los
imperialistas para organizar la lucha contra el régimen comunista".
Posteriormente, publica unas reflexiones donde relata como la principal
frustración del preso es pensar todos los días que saldrá en libertad lo
antes posible y al no ocurrir, sufre a diario una decepción. Ante esta
realidad, relata cómo consiguió fuerza y estabilidad en por un lado, su
relación con Dios y por el otro, en ocuparse de vivir al máximo el día a
día, aprovechando el tiempo para formarse y prepararse más.

Sé que voy a salir en libertad, no tengo dudas de eso y que cuando lo
haga estaré más fuerte de alma, mente y cuerpo. Sé que saldré
fortalecido y sin rencores para seguir luchando por las mismas causas
por las que siempre he luchado, y voy a seguir luchando mientras tenga
vida y por las mismas nobles causas por las que fui encerrado: el
bienestar y prosperidad de nuestro pueblo, la defensa de la democracia y
la libertad de los venezolanos.

Pero si bien, desde el punto de vista individual, estas lecciones me han
servido para afrontar mi injusta condena, no me han servido para calmar
la angustia que tengo por la situación que está viviendo mi país. A
Venezuela y a los venezolanos se nos agota el tiempo.

La crisis que actualmente vive Venezuela es de carácter sistémico. No
hay ámbito de la vida pública ni privada que escape airoso a esta
terrible situación. En lo social nuestro pueblo sufre por la falta de
insumos básicos como alimentos y medicinas, lo que ha provocado que cada
vez más familias venezolanas coman menos de dos veces al día y la muerte
de muchas personas que no han podido conseguir los medicamentos
necesarios para atender condiciones de salud tan básicas como la
hipertensión arterial. En lo económico nuestro país sufre hoy de un
proceso hiperinflacionario que merma dramáticamente el poder adquisitivo
de nuestra moneda, algo que, sin duda alguna, perjudica principalmente a
los más pobres. Y en lo político ha avanzado la persecución en contra de
la oposición a través de la manipulación de los poderes públicos,
traduciéndose esto en la existencia de más de un centenar de presos
políticos en cárceles militares, en la ejecución de torturas y tratos
denigrantes por parte de las autoridades nacionales hacia las personas
que ejercen el derecho constitucional de la protesta, y hasta en la
dispersión de manifestaciones públicas con el uso de armamento de guerra
como sucedió hace apenas unos días en la localidad de Cariaco, un pueblo
humilde en el oriente venezolano.

Toda esta crisis tiene un responsable muy claro: un régimen dictatorial
que se aferra obstinada e irresponsablemente al poder, y que ha
decidido, por todas las vías posibles, negarle el derecho al pueblo
venezolano de manifestarse y materializar, a través del voto universal,
directo y secreto, el cambio tan deseado por todos.

La oposición democrática en Venezuela se ha dado la tarea de denunciar
la naturaleza anti-democrática del gobierno de nuestro país. No ha sido
una tarea fácil hacerle ver a la comunidad internacional la verdadera
naturaleza del régimen que gobierna a Venezuela, así como el peligro que
significa para todos los pueblos libres y democráticos de nuestra
América la mera existencia y vergonzosa tolerancia de una nueva
dictadura en nuestro continente.

El gobierno venezolano por mucho tiempo se aprovechó de manera
inescrupulosa de la inmensa cantidad de recursos económicos que
ingresaron a nuestro país por concepto de la venta del petróleo, para
hacerse con favores políticos a través de la exacerbación del populismo
electoral en el ámbito interno, así como para ganar influencia y limpiar
su imagen autoritaria en el ámbito externo. Y todo esto sucedía mientras
avanzábamos a paso acelerado hacia una crisis política, económica y
social que era del todo previsible y que tendría al pueblo venezolano
como principal doliente.

Pero hoy, son más que evidentes las pruebas que apuntan a la degradación
de nuestro sistema político, a la pérdida de nuestras libertades
ciudadanas y a la "alteración del orden democrático" a lo largo de los
últimos 17 años.

Ante este escenario, es necesaria la unión de todas las fuerzas
democráticas, tanto dentro como fuera de Venezuela, en torno a un
objetivo común: la fundación, el mantenimiento y la defensa de regímenes
que sostengan la libertad ciudadana y el respeto del ser humano por
encima de todas las cosas.

Hermanos del mundo, pero en especial del continente Americano, el día de
mañana, 23 de junio, necesitamos de su solidaridad. Solidaridad con
Venezuela, solidaridad con la democracia. Desde ya celebramos que se
hayan realizado varias sesiones para discutir el caso venezolano y para
discutir sobre la aplicación de la Carta Democrática, porque el sólo
hecho de que esto sea así, desmiente ese vergonzoso argumento del
gobierno venezolano que repite en las distintas instancias
internacionales de que en Venezuela existe "normalidad democrática".

De igual forma el gobierno venezolano ahora sostiene que no es necesaria
la Carta Democrática, que eso entorpecería un proceso de diálogo tan
necesario en nuestro país. La Mesa de la Unidad Democrática sostiene
todo lo contrario. La Carta Democrática facilitaría el proceso para que
ese diálogo que hoy no existe en Venezuela pueda, en primer lugar,
llevarse a cabo y además que pueda ser efectivo y cuente con una agenda
y unos plazos claros.

Toda la Mesa de la Unidad Democrática en Venezuela ha manifestado la
voluntad de reconstruir y reconciliar a Venezuela y ha expresado su
deseo de que un diálogo sea para darle soluciones reales y concretas a
los venezolanos y nuestras peticiones para que este sea fructífero no
son más que el respeto a los derechos humanos y a la constitución,
mediante la apertura de un canal humanitario que permita la entrada de
toda la ayuda en alimentos y medicinas para los venezolanos, la
liberación de los presos políticos y la realización de un referéndum
revocatorio. Podemos dialogar y lograr acuerdos en torno a temas tan
fundamentales como la convivencia democrática, la reconstrucción
económica y la seguridad en nuestro país, pero creo que todo el mundo
puede entender que los derechos humanos y el cumplimiento de la
constitución no están sujetos a una negociación. Ningún diálogo puede
estar por encima del derecho constitucional que tiene nuestro pueblo que
se realice el Referéndum Revocatorio a Nicolás Maduro este año 2016. Con
respeto les invito a leerse los artículos 72 y 233 de nuestra
constitución, donde podrán constatar lo legítimo de nuestra exigencia.

Hoy los venezolanos luchamos de manera pacífica y constitucional contra
una dictadura que se beneficia y saca provecho de quienes por temor o
por simple desconocimiento la desconocen como tal. Una dictadura de
nuevo cuño y adaptada a los nuevos tiempos, pero con la misma esencia
asesina, hambreadora y violadora de los derechos humanos de las de
antes. Una dictadura que, por el bien de nuestro futuro y el de nuestros
hijos, merece ser derrotada… Una dictadura que nos impone un momento de
definiciones, porque, como dijo una vez el premio Nobel de la paz
Desmond Tutu: "si eliges ser neutral en situaciones de injusticia, has
elegido el lado del opresor".

Los venezolanos no nos vamos a cansar en esta lucha. Estamos convencidos
de que Venezuela ha de superar esta situación, de que podemos sacarla
del desastre al que hoy la tienen sometida. Yo soy optimista y ese
optimismo se alimenta de mi fe en el pueblo venezolano y su infinita sed
de libertad. Esa aspiración de libertad del pueblo es una fuerza
superior a cualquier adversidad, va más allá del aquí y ahora y nos
permite soñar y proyectar un país con unas condiciones de vida mejores
para millones de compatriotas.

Leopoldo López

Cárcel Militar de Ramo Verde"

Source: Carta de Leopoldo López desde la cárcel "para los demócratas del
mundo" | Cubanet -
https://www.cubanet.org/venezuela/carta-de-leopoldo-lopez-desde-la-carcel-para-los-democratas-del-mundo/

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