Unasur, Venezuela y Samper
El verdadero objetivo de Unasur era instrumentar un bloque político que
pudiera presionar e influenciar políticamente a los gobiernos de la región
jueves, abril 30, 2015 | Pedro Corzo
MIAMI, Florida -El verdadero objetivo de Unasur, Unión de Naciones
Suramericanas, nunca fue el manifestado por sus promotores, quienes
afirmaban que el proyecto tenía como propósito trabajar a favor de la
integración económica y social de los países más meridionales del
continente, mientras promovía la formación de una identidad ciudadana
transnacional.
El designio era instrumentar un bloque político en el que un grupo de
gobiernos, identificados con el plan expansionista que encarnaba Hugo
Chávez, dispusiera de la capacidad de presionar e influenciar
políticamente en las decisiones de las naciones que se sumaran al bloque
regional.
Los organizadores estaban convencidos que su discurso populista,
integracionista y antinorteamericano, presionaría al resto de los países
de la región a incorporarse, aunque algunos de esos gobiernos
discreparan de las propuestas políticas y económicas del chavismo.
Tampoco les inquietaba ser minoría en la entidad. Estaban convencidos
que integraban un núcleo sólido, con intereses comunes y con capacidad
de influenciar y/o presionar hasta lograr decisiones que favorecieran
sus maquinaciones.
Unasur, se fundó en Brasilia. La reunión la presidió Luis Inacio Lula da
Silva, aliado incondicional de Chávez, en base a una propuesta de Evo
Morales, uno de los promotores claves de la autocracia electoral.
El desaparecido mandatario venezolano fue su principal iniciador. Chávez
gestó la Alianza Bolivariana de las Américas, ALBA, la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC y el canal de televisión
Telesur, un medio en el que los gestores del Socialismo del Siglo XXI,
manipulan las informaciones a su conveniencia.
Chávez tenía recursos económicos para apoyar su proyecto hegemónico. A
diferencia de Fidel Castro que intentó imponerse a fuerza de balas y
bombas, el golpista venezolano lo trató con petrodólares. Dilapidó las
riquezas venezolanas para comprar conciencias y desestabilizar las
democracias.
La sede de Unasur está en Quito, Ecuador, un país cuyo presidente Rafael
Correa, un déspota, es partidario de la reelección indefinida, mientras
ejerce un férreo control sobre los medios de información y manifiesta un
profundo desprecio por quienes no comparten sus ideas.
La presidencia ocupada por un mandatario de los países miembros por un
año de manera sucesiva es simbólica, el control en realidad lo tiene el
Secretario General.
Las decisiones de los cuatro secretarios generales que ha tenido Unasur
han favorecido a los gobiernos que integran el proyecto del SSXXI, en
particular el régimen venezolano.
El primer secretario fue el populista y ex presidente argentino Néstor
Kirchner. Su relación con Chávez fue muy estrecha, tanto que el
mandatario venezolano dedicó su victoria electoral del 2012 a Raúl
Castro y al matrimonio Kirchner, Néstor ya había fallecido.
Después la posición la ocupó Maria Emma Mejía, política colombiana. Su
imparcialidad para mediar en los diferendos de los países miembros y en
particular para evaluar la situación interna de Venezuela se aprecia en
estas declaraciones, "Chávez puede que haya cambiado en una década
América Latina, es indudable que en esta década nuestro continente nunca
será igual".
La relevó el venezolano Ali Rodriguez Araque. Un antiguo guerrillero
marxista, hombre de confianza de Chávez, al extremo que ocupó varias de
las carteras de gobierno más importantes.
El actual ejecutivo es el exmandatario colombiano Ernesto Samper, un
político muy controversial cuyo periodo presidencial, 1994-1998, fue
particularmente inestable.
Samper fue acusado de haber financiado la campaña electoral con dinero
del narcotráfico. Fue procesado por la Cámara de Representantes, pero
los cargos fueron retirados.
La reacción del gobierno de Estados Unidos fue fuerte. En una decisión
sin precedentes contra un presidente en funciones, le retiró a Samper
la visa de entrada al país, mientras negaba al gobierno colombiano la
certificación de lucha contra la droga, un fallo que implicaba el cese
de la ayuda económica y militar de Washington.
Los antecedentes de Samper le invalidan para dirigir una organización
internacional y sus recientes declaraciones de que Unasur está listo
para apoyar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lo anulan como
mediador.
El compromiso de Unasur con el despotismo se reafirmó en Montevideo,
Uruguay, cuando los cancilleres del grupo calificaron las sanciones de
Estados Unidos a funcionarios corruptos venezolanos, como una agresión a
ese país.
Declarar que las sanciones estadounidenses afectaban la estabilidad del
hemisferio es una falacia, como si Maduro y su corrupta corte fuera la
nación venezolana.
Samper después de expresar su apoyo a Maduro está descalificado para
arbitrar un dialogo entre los factores sociales, partidos políticos y el
gobierno venezolano.
Su liderazgo está parcializado. Es falso que en Venezuela exista
división de poderes como declaró. No visitó durante su estancia a los
presos políticos y tampoco se reunió oficialmente con la Mesa de la
Unidad Democrática, lo que demuestra que es un servidor de los intereses
de Maduro y no de la democracia venezolana.
Source: Unasur, Venezuela y Samper | Cubanet -
http://www.cubanet.org/colaboradores/unasur-venezuela-y-samper/
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