Friday, April 3, 2015

Venezuela pone esperanza en la faja petrolífera del Orinoco

Venezuela pone esperanza en la faja petrolífera del Orinoco
Por Por JOSHUA GOODMAN | Associated Press

FAJA PETROLIFERA HUGO CHAVEZ, Venezuela (AP) — No hay manera de que pase
desapercibida la montaña de hollín tóxico que se yergue a un lado de la
carretera sobre los soleados matorrales del oriente de Venezuela.
La acumulación de un derivado del petróleo conocido como coque no es
sólo un peligro ambiental que contamina el aire de las comunidades
vecinas, sino un un símbolo de desaprovechamiento y de la promesa
incumplida de la industria petrolera, que hoy día resulta más vital que
nunca para la salud económica de Venezuela.
Durante años, la petrolera estatal PDVSA exportó coque con grandes
ganancias. Pero un incendio en 2009 inhabilitó una banda transportadora
que lo llevaba a los barcos. Desde entonces las exportaciones casi se
han paralizado y el residuo se ha ido acumulando, lo que representa
millones de dólares al día en ingresos perdidos en una era de profunda
crisis económica marcada por carestías generalizadas y una inflación
desbordada que alcanza el 68%.
Se suponía que así no iban a ser las cosas.
Las negras dunas se asientan a la entrada de lo que durante mucho tiempo
fue conocido como Faja Petrolífera del Orinoco y que el año pasado fue
renombrada como Faja Petrolífera Hugo Chávez, en honor al difunto
presidente.
En esa zona, del tamaño de Costa Rica, se ubican las reservas petroleras
más grandes del mundo, y cerca de la mitad de la producción actual de
crudo de Venezuela. Chávez viajó a esta región, desarrollada por
compañías estadounidenses en la década de 1930, cuando decidió terminar
con la propiedad extranjera de la riqueza petrolera nacional.
"No puede haber proyecto socialista si el país no tiene el control de su
riqueza, de sus recursos", declaró Chávez el Día del Trabajo del 2007 al
anunciar que cancelaría contratos de miles de millones de dólares con
las compañías petroleras extranjeras.
Pero el mal manejo económico, agravado por el reciente desplome de los
precios del crudo, ha creado graves problemas para la industria
petrolera, dicen analistas.
Luego de una huelga en 2002-2003, Chávez expulsó a miles de trabajadores
de PDVSA y llenó la nómina con partidarios del gobierno que carecían de
capacitación y experiencia. Mientras usaba los ingresos generados por
los altos precios del petróleo en proyectos sociales, la compañía
acumulaba deudas y postergaba inversiones. El resultado, de acuerdo con
analistas, ha sido un continuo declive en la producción, de 3,3 millones
de barriles diarios en 1998 —el año previo al ascenso de Chávez al
poder— a los actuales 2,4 millones de barriles.
El deterioro de la industria es evidente en toda la faja petrolífera,
desde las obras suspendidas de seis plantas de prerrefinación necesarias
para el transporte del crudo pesado de la región, hasta los lotes vacíos
en su mayor parte donde Chávez firmó acuerdos de perforación con aliados
antiestadounidenses como Bielorrusia, Cuba e Irán.
Unos trabajadores que tomaban un descanso junto a un camino sin
pavimentar dijeron que, hace seis meses, la empresa para la que trabajan
—Tucker Energy Services, contratista de PDVSA— les pedía preparar seis
nuevos pozos cada semana. Ahora esa cifra ha caído a la mitad, y temen
que baje todavía más.
"Somos la chequera del país... si se va la chequera, se hunde el país",
dijo el técnico Argenis Santos.
El presidente Nicolás Maduro, cuya tasa de aprobación ha caído a cerca
de 25%, no tiene más remedio que depender de PDVSA para ayudar a
Venezuela a recuperarse, y ha estado tratando discretamente de atraer de
nuevo a algunas de las empresas perforadoras extranjeras rechazadas.
Aun en su deteriorado estado, el petróleo sigue siendo vital para la
economía, ya que representa 96% de las exportaciones. Y a diferencia de
la fractura hidráulica en Estados Unidos o de los pozos en aguas
profundas de Brasil, cuya explotación se ve amenazada por el desplome de
casi 50% en los precios del crudo, el volumen de petróleo venezolano de
fácil extracción haría rentable su producción casi a cualquier precio,
aunque no tanto a los niveles actuales.
Si bien la producción en la faja se ha expandido gradualmente, ha
declinado en viejos pozos de otras regiones, y los economistas dicen que
los proyectos en la región avanzan demasiado lento para ayudar a mitigar
la crisis o para acercarse a la meta de Chávez de producir seis millones
de barriles al día en el 2019. Algunas de las compañías estatales que
Chávez trajo para remplazar a las perforadoras privadas, como
PetroVietnam y Petronas, de Malasia, han detenido su producción o han
abandonado el país debido a la turbulencia económica local y a
diferencias con el gobierno de Maduro.
Mientras tanto, las exportaciones petroleras de Estados Unidos a
Venezuela, en gran medida aditivos para diluir el crudo pesado
venezolano, se han multiplicado por 12 en la última década debido a la
falta de mantenimiento en las refinerías locales.
The Associated Press solicitó reiteradamente una entrevista a PDVSA,
pero la compañía no brindó ninguna.
Al viajar por la desatendida región es fácil ver por qué la decisión de
Chávez de expulsar a las petroleras extranjeras sigue siendo popular.
En el poblado de San Tomé, los campamentos de trabajadores llenos de
árboles construidos por la empresa Gulf Oil, de Andrew Mellon, dan
testimonio de las condiciones de vida discriminatorias que imperaron
durante décadas. Los estadounidenses gozaban de un club campestre en lo
que todavía se conoce como Campo Norte, mientras que sus colaboradores
venezolanos vivían en el menos espacioso Campo Sur al otro lado del camino.
Francisco Rivas Lara, quien siendo un adolescente empezó a trabajar en
la industria petrolera venezolana en la década de 1940 como asistente de
oficina en Texaco, cree que la nacionalización fue el camino correcto
luego de décadas de dominio de las multinacionales.
Pero dijo que la corrupción y el favoritismo para escoger a políticos en
lugar de a profesionales capacitados son responsables de la condición
actual de la industria.
"El dinero no tiene patria y las compañías transnacionales no tienen
corazón", dijo Rivas, quien dirige actualmente el programa de ingeniería
petrolera en la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada
Bolivariana. "La gente ha confundido el socialismo con vagabundería, con
sinvergüencería, con corrupción y con robo".
Ante las crecientes presiones económicas, Maduro ha aflojado algunos de
los rígidos controles del país a la inversión extranjera. A cambio de
préstamos, las compañías reciben mayor control de los proyectos y tienen
acceso a un tipo de cambio más favorable. Hasta ahora, Repsol de España
y Chevron han aceptado la oferta.
Los inversionistas también acogieron con beneplácito la llegada de
Eulogio del Pino como presidente de PDVSA, en remplazo del añejo zar
petrolero Rafael Ramírez. Del Pino, un tecnócrata educado en la
Universidad de Stanford, es visto como un personaje menos político.
Pero los analistas dijeron que la mayoría de las compañías invierten lo
mínimo a la espera de que mejore el ambiente para negocios. En tanto, la
falta de divisas es tan grave que Maduro ha planteado la posibilidad de
vender la subsidiaria estadounidense de PDVSA, Citgo. También prometió
elevar los precios de la gasolina, que son los más bajos del mundo y que
muchos venezolanos consideran un derecho de nacimiento.
No obstante, parece improbable que tales medidas alivien la crisis
económica.
"Sería un milagro mantener los actuales niveles de producción", dijo
Richard Obuchi, economista y especialista en energía de Caracas. "La
industria necesita un salto de inversión que es prácticamente imposible
dada la incertidumbre económica".
___
Joshua Goodman está en Twitter como: https://twitter.com/apjoshgoodman

Source: Venezuela pone esperanza en la faja petrolífera del Orinoco -
Yahoo Finanzas España -
https://es.finance.yahoo.com/noticias/venezuela-pone-esperanza-en-la-faja-petrol-fera-025311823--finance.html

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