Sunday, April 5, 2015

Obama en la Cumbre de Panamá

Obama en la Cumbre de Panamá
ANDRÉS OPPENHEIMER AOPPENHEIMER@ELNUEVOHERALD.COM
04/04/2015 8:00 AM 04/04/2015 4:39 PM

Hasta hace unas semanas, todo parecía indicar que la Cumbre de las
Américas del 10 de abril en Panamá sería una fiesta en la que el
presidente Barack Obama sellaría su acuerdo de normalización de
relaciones con Cuba, y cerraría una vieja herida entre Estados Unidos y
America Latina. Sin embargo, las probabilidades de que Obama emerja como
un ganador neto parecen sombrías.

Varios hechos que acontecieron en las últimas semanas pondrán a Obama a
la defensiva durante esta mega cumbre de 34 jefes de estado, que se
realiza solo cada tres o cuatro años.

En primer lugar, la orden ejecutiva de Obama del 9 de marzo ordenando
suspender las visas y congelar los fondos en Estados Unidos de siete
funcionarios venezolanos acusados ​​de actos de abusos contra los
derechos humanos y corrupción, le ha dado una excusa de oro al
presidente venezolano Nicolás Maduro para montar un gran show, y pedir
10 millones de firmas exigiendo la derogación de la medida. Maduro dijo
que presentará el pliego de firmas a Obama durante la cumbre en Panamá.

Aunque las sanciones de Estados Unidos no afectarán a la población
venezolana en general, sino a siete funcionarios, Maduro las presenta
como una "agresión contra Venezuela", y es probable que la disputa entre
Estados Unidos y Venezuela dominará una buena parte de la cumbre.

Eso podría echar a perder las esperanzas de la Casa Blanca de que la
cumbre pase a la historia por el encuentro entre Obama y el gobernante
cubano, general Raúl Castro. La Casa Blanca ve la normalización de
relaciones con Cuba como un legado clave de la presidencia de Obama.

Muchos líderes latinoamericanos rechazan las sanciones de Obama, ya sea
porque sinceramente están en contra de sanciones unilaterales, o porque
temen que Estados Unidos aplique sanciones personales contra
funcionarios corruptos de sus propios gobiernos, o a ellos mismos.

Pero lo cierto es que el gobierno de Obama cometió un error garrafal al
decir que las sanciones se deben a que Venezuela se ha convertido en una
"amenaza extraordinaria" para Estados Unidos.

Los funcionarios estadounidenses intentaron minimizar esas palabras más
tarde, diciendo que se trata de una formalidad requerida por la ley para
imponer sanciones financieras a funcionarios extranjeros, pero Maduro ya
tiene material para montar su teatro político.

Un segundo obstáculo para Obama podría ser la propia Cuba. Castro no
puede darse el lujo de no apoyar abiertamente a Venezuela y criticar a
Estados Unidos en la cumbre, porque Venezuela sigue siendo el principal
benefactor económico de la isla caribeña, y la narrativa
antiimperialista cubana sigue siendo la primordial justificación de
Castro para no permitir elecciones libres.

Un tercer posible desafío para Obama serán los disidentes cubanos, que
se han sentido marginados del acuerdo entre Obama y Castro. Guillermo
Fariñas, un líder opositor que espera participar en el foro de la
sociedad civil de la cumbre de Panamá, me dijo en una entrevista
telefónica desde Cuba que a menos que Obama exija a la isla dar pasos
concretos hacia la democracia, "vamos a estar muy decepcionados".

Por otro lado, Obama tendrá algunos aspectos a su favor en Panamá. A
diferencia de las anteriores Cumbres de las Américas, donde Venezuela,
Ecuador, Brasil, Argentina y otros países poco amigos de Washington
estaban en pleno auge, gracias a los altos precios de sus materias
primas, la próxima cumbre de Panamá tendrá lugar en un escenario
regional y mundial muy diferente.

Hoy en día, con la caída de los precios de las materias primas, las
economías de Venezuela y Argentina están por el piso, y Brasil está
teniendo su peor crecimiento económico de los últimos 25 años. Con China
creciendo menos, Rusia quebrada y Europa estancada, Estados Unidos se
perfila como el marcado más promisorio para las exportaciones
latinoamericanas.

Mi opinión: Si no quiere ser eclipsado por Maduro y Castro, Obama tendrá
que hacer algo audaz en la cumbre.

Cuando Maduro haga su show y le entregue a Obama un pliego supuestamente
firmado por millones venezolanos — la mayoría de ellos empleados
públicos forzados a firmarlo —, Obama debería responder con un gesto
similar.

En lugar de aceptar el documento con una sonrisa, como lo hizo cuando el
difunto presidente venezolano Hugo Chávez le regaló un libro
antiestadounidense en una cumbre en el 2009, Obama debería darle a
Maduro una copia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de
las Naciones Unidas.

Y en vez de reunirse con disidentes cubanos en un foro marginal de la
cumbre, como lo planea hacer, Obama debería cederle a un líder de la
oposición pacífica cubana cinco minutos de su discurso en la sesión
plenaria de la cumbre.

Si Obama no hace algo así, le ganarán de mano un octogenario dictador
militar y un demagogo populista, y la cumbre de Panamá — en lugar de
permitir a Obama proyectarse como un defensor del diálogo y los derechos
humanos — podría ser un fiasco diplomático para Estados Unidos.

Source: OPPENHEIMER: Obama en la Cumbre de Panamá | El Nuevo Herald El
Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article17393237.html

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