Saturday, September 5, 2015

La cosecha de Santos

La cosecha de Santos
[04-09-2015 16:56:54]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor

(www.miscelaneasdecuba.net).- Los déspotas escogen a sus enemigos.
Seleccionan a quienes por la ley o educación se van a comportar con la
dignidad y la ecuanimidad que ellos no practican. Saben que las
respuestas de su antagonista serán razonadas y balanceadas, ya sea por
propias convicciones o porque las normas vigentes en el país que
gobiernan les impide reaccionar visceralmente.
Gobernantes como Fidel y Raúl Castro, Hugo Chávez, y Nicolás Maduro, han
estado conscientes que los gobiernos que retan siempre intentaran
encontrar un punto de conciliación para evitar la confrontación. Ellos
procuran la crispación, recurren al ataque y gustan presentarse como
caudillos invencibles que además, siempre tienen la razón.

El gobernante venezolano espera paliar la crítica situación interna que
enfrenta su gobierno recurriendo a la maniobra de la Patria amenazada, a
la vez que insiste que hay un complot internacional para asesinarlo,
otro de los hábitos de victima que su predecesor cultivo con extrema
frecuencia.

Chávez eligió a Colombia como su rival táctico y a Estados Unidos como
el enemigo estratégico. Sabía que el país vecino, independiente a quien
ejerciera la presidencia, actuaria con moderación ante sus
provocaciones y amenazas.

El militar golpista propició numerosos conflictos con el presidente
Alvaro Uribe. Generó crisis graves y apoyo descaradamente a los grupos
terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, al
extremo que cuando Raúl Reyes, el terrorista número 2 de las FARC,
resultó muerto durante un bombardeo, movilizó tropas a la frontera y
cerró temporalmente su embajada en Bogotá.

Tanto Chávez como Maduro han acusado a los gobiernos de Colombia en
infinidad de ocasiones de patrocinar o al menos de estar involucrados,
en conspiraciones en contra de la revolución bolivariana. Lo que ahora
acontece, es parte de un guion que el régimen venezolano activa cada vez
que lo considera oportuno.

La crisis fronteriza entre Venezuela y Colombia es una fabricación de
Maduro, al igual que los complots en su contra, de los que afirma
presentara pruebas que nunca son mostradas ante un auditorio que pueda
evaluarlas debidamente.

Por otra parte el contrabando y el cruce de personas sin documentos que
los autorice es un simple pretexto, sin embargo la acusación de que el
chavismo ha entregado cédulas venezolanas a colombianos para que voten
a su favor en las elecciones, está más que demostrado.

Algunos podrían calificar al presidente Juan Manuel Santos de ingenuo
cuando dijo que Hugo Chávez, "era su mejor nuevo amigo", y
posteriormente declaró en relación a Maduro en una reunión en Puerto
Ayacucho, 2013, "Esa relación positiva que tuvimos con el presidente
Chávez, la vamos a tener con el presidente Maduro".

También se puede afirmar que las primeras reacciones del presidente
Santos ante la crisis fronteriza tenían más de oficio que de demanda
seria. Expresó y reiteró "que el camino del dialogo y la diplomacia,
especialmente en momentos como este, es el más responsable y
recomendable para aliviar la situación de nuestros compatriotas". Tal
parecía que Santos y su canciller María Ángela Holguín, querían restarle
la mayor temperatura posible al diferendo, en espera de que el voluble
Maduro se inventara otro conflicto en el afán de encubrir los serios
problemas económicos que enfrenta su país.

Pero Maduro no cambió. Subió su apuesta hasta que la crisis fronteriza
golpeó a la opinión pública colombiana y la internacional. Las imágenes
de los deportados abusados y vejados por las autoridades no se podían
obviar. Las casas pintadas con una D de demolición hicieron evocar las
cacerías nazis contra los judíos.

El mandatario colombiano se vio obligado a actuar, asumió una posición
más firme, llamó a consulta a su embajador y pidió una reunión de la
Unión de Naciones del Sur, Unasur. La reunión no se efectuó, fue
aplazada, por la sencilla razón de que la entidad es otra herramienta
más de la política internacional de Venezuela, como lo ha sido su
producción petrolera.

Santos también solicitó una reunión del Consejo Permanente de la
Organización de Estados Americanos. Otro fracaso, porque en ese foro
pudo constatar que la entidad hemisférica es un club de gobiernos donde
la verdad y la justicia no son determinantes en las decisiones de sus
funcionarios. Una experiencia que han sufrido otras víctimas de las
autocracias ideológicas del hemisferio y de las que son cómplices todos
los presidentes del continente.

Los organismos internacionales son el reflejo de los gobiernos que los
integran. No se cosechan buenos frutos cuando la semilla es mala. Los
gobernantes del hemisferio deberían dejar de actuar en el marco de lo
políticamente correcto y enfrentar los problemas nacionales e
internacionales con seriedad y compromiso, de seguir sin ver ni escuchar
lo que pasa en el vecindario, se habrán de enterar que construyeron su
propia tumba después de haber sido sepultados.

Source: La cosecha de Santos - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/55e9b1363a682e16c8262b55#.VerlCfmeDGc

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