Y no pasa nada
LUIS DE LION | Caracas | 21 Jul 2015 - 6:38 am.
Los convenios de EEUU no cambian en nada los intereses geoestratégicos
de La Habana y de Teherán.
El 17 de diciembre de 2014, Raúl Castro y Barack Obama anunciaron el
retorno de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
El 14 de julio de 2015, Irán y las grandes potencias alcanzaron un
acuerdo sobre el dossier nuclear luego de 21 meses de negociaciones. A
grandes rasgos, el acuerdo anula las sanciones económicas y financieras
que pesaban sobre Teherán y, por su parte, los ayatolas se comprometen a
no enriquecer su uranio por encima de 3,67% durante 15 años.
Entre ambos acuerdos, considerados como históricos por el propio Obama,
hay un punto en común, además de Venezuela. Una particularidad esencial,
la cual consiste en el hecho que dichos convenios no cambian en nada los
intereses geoestratégicos ni de La Habana ni de Teherán.
Situación que le permite a Cuba proyectarse en más sectores de actividad
económica que la provincia de Venezuela. Por su parte, Teherán, podrá
duplicar su producción petrolera.
Para La Habana sus intereses geoestratégicos, no solo quedan intactos,
sino que se ven reforzados. La tiranía de los hermanos Castro, ahora con
más dinero, podrá aumentar la capacidad de sus milicias regionales,
FARC, Colectivos, etc. Por su parte Teherán, podrá hacer lo mismo con
Hezbollah.
La Habana seguirá asediando a la democracia colombiana, dejando al
presidente Santos sin salida del callejón en el que se encuentra. La
desestabilización de Colombia es un objetivo de La Habana al cual Obama
no le otorgó importancia alguna al momento de negociar.
Pero en concreto, en lo que nos afecta a los venezolanos, es que siendo
la dictadura chavista de Maduro, una aliada natural de Irán y un
apéndice de Cuba, los acuerdos de Obama, no son anodinos. Para la
dictadura caraqueña es muy sustancial este nuevo orden. Un escenario que
fija aún más la línea de intereses geoestratégicos, en los cuales, está
enmarcada la primera dictadura venezolana con política exterior. Toda
una primicia en la larga historia de dictaduras vernáculas.
Por ejemplo, respecto al Esequibo, no ha habido ni habrá ningún
antagonismo estratégico violento. Las perspectivas políticas para
Venezuela son más chavismo y los acuerdos Obama-Castro refuerzan ese
panorama.
En ese orden político interno, no es La Habana, sino Washington, quien
refuerza la cohabitación (diálogo) para que en Venezuela se perennice el
statu quo. Algo que obviamente Cuba aplaude.
Igualmente grave es que ese statu quo está también en la agenda del
movimiento opositor venezolano. Todo menos la ruptura. La pax política
nacional así lo demuestra.
¿Un ejemplo de dicha pax política? Esta semana la dictadura de Maduro
inhabilitó a la diputada opositora más votada y no pasó nada.
Source: Y no pasa nada | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/node/15794
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