OLGA CONNOR: La Habana y Caracas en Miami
Cada día la primera página de este diario tiene dos noticias esenciales,
una sobre Cuba, la otra le corresponde a Venezuela. Caracas y La Habana
se viven a diario en Miami. Pero no solo en los periódicos, la radio y
la televisión. Hay además dos fuentes infalibles de noticias en
cualquier ciudad que se visite, las de los taxistas y la de los barberos
y peluqueros. Sus operarios son increíblemente inclinados a la narrativa
y al comentario político y social. De este modo siempre pregunto en mi
peluquería, la de Luis y Carla Madruga en Coral Gables, ahora titulada
High Tech, pero que yo diría de "high news", porque tiende a servir a
clientela de gente de la prensa. Y de eso se trata, mientras nos
acicalamos, podemos charlar de temas noticiosos.
Allí me he encontrado con dos amigas colegas a la misma hora, el sábado
de la semana pasada, Mercedes Soler, presentadora del programa
NotiMujer, de CNN en Español, y Leticia Callava, famosa por haber sido
conductora de programas noticiosos y de análisis en varios canales de
televisión hispanos y muy conocedora de todo. También me encuentro a
menudo con Isabel de Quesada, una de las primeras reporteras cubanas de
la televisión, que comenzó en el Canal 2, en Nightly Business Report, y
luego en el Canal 7, entonces afiliado a la NBC, y más tarde a canales
hispanos, como el 23 y el 51 y sus cadenas nacionales, Univision y
Telemundo, y ahora trabaja como relacionista de prensa.
Sin embargo, las chicas jóvenes que trabajan en la peluquería también
tienen su punto de vista. ¿De qué se está hablando en Miami en estos
días?, les pregunto. Y la respuesta es "de la pista de patinaje y de la
playita de arena sobre la acera, en el Malecón habanero", escenas de la
actual exposición Detrás del Muro en la Bienal de Arte de La Habana, que
se celebra del 24 de mayo al 22 de junio. Esa es la foto que se vio en
este diario con la perspectiva de las casas casi derruidas frente al
muro del Malecón –y donde me informan que hasta los tornillos se los
llevan y que pronto se podrían derrumbar totalmente. Se referían a la
obra Resaca, de Arlés del Río, una playita artificial en el Malecón, y
Pista de hielo, del norteamericano Duke Riley, en Malecón y Belascoaín,
en que los visitantes patinan.
"Pero eso no es de Miami", les respondo. "No, si eso es lo que digo yo,
¡que aquí se habla más de La Habana, que en La Habana misma!", me dice
la excelente experta en maquillaje que yo he bautizado como Dánae –madre
de Perseo–, pero cuyo nombre verdadero es Yanais Arias, de la
"Generación Y" cubana, y representa una buena parte de la población
joven que ha llegado más recientemente a esta ciudad.
En la peluquería también hay venezolanas y colombianas. Ellas, al igual
que los cubanos, hablan a menudo de sus sitios de origen. Todas tenemos
una nostalgia activa. Y los hombres que allí van a cortarse el pelo
también. No estamos hablando del pasado solamente, nos interesamos en la
actualidad, opinamos, sufrimos, gozamos, somos unos comentaristas de
sucesos que viven otros, los que son nuestros stand-ins, nuestros
sustitutos en las naciones que dejamos atrás. Creemos que seguimos
siendo de allá, porque es una ilusión compuesta de noticias, que vemos
visualmente por la televisión, por Skype, en la internet y en las fotos
de las páginas diarias. Pero es una realidad virtual. Sentimos las
vicisitudes y el acontecer de nuestros países de cualquier forma y
manera. De esa avidez se nutren las noticias, porque quieren servir al
lector, al oidor y veedor.
Y más de Cuba, que se ha hecho noticia internacional de nuevo, desde que
Barack Obama y Raúl Castro llegaron a un acuerdo bilateral de relaciones
entre los dos países en diciembre. No ha cesado el abarrotamiento de
noticias, que van desde las artes a los deportes. Y, sobre todo, en el
departamento de los viajes, que curiosamente explotan el tema de "ver a
Cuba antes de que cambie". ¿Qué va a cambiar? Lo que se avecina es
mucho. Una gran cantidad de dinero fluirá hacia la isla, según se
comenta, y hay el peligro de que se fabrique sin control, quizás donde
precisamente vemos esas casas medio destruidas.
¿Pero quién se beneficiará, los extranjeros o los cubanos? ¿Cuántos
cubanos querrán cruzar la mar y dejar atrás la posición de
inflexibilidad en cuanto a pisar la tierra añorada? Los de la reciente
diáspora ya se sienten libres de ir a ver a sus familias cuantas veces
quieran o puedan. Somos los de antaño, los que bebemos la soledad patria
en un discurrir de los elementos noticiosos, como si fuéramos hijos de
esa luz soleada sobre el mar y la campiña, y no apátridas furibundos,
extraños parias de la isla en vilo. Mientras tanto, La Habana sigue en
primera plana. Y Caracas no se queda atrás.
olconnor@bellsouth.net
Source: OLGA CONNOR: La Habana y Caracas en Miami | El Nuevo Herald El
Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/septimo-dia/article23235843.html
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