Monday, February 13, 2017

El fin del sueño democrático del chavo-madurismo

El fin del sueño democrático del chavo-madurismo
CARLOS MALAMUD, Madrid | Febrero 13, 2017

Durante el Gobierno del comandante Chávez la respuesta habitual ante las
críticas de autoritarismo contra su gestión era exhibir las numerosas
elecciones ganadas por el "proyecto popular". La legitimidad de origen
electoral era la mejor prueba de la profunda vocación democrática del
chavismo. Eso sí, con la salvedad de que en Venezuela la democracia solo
podía ser bolivariana, ya que los escuálidos imperialistas o los
pitiyanquis eran golpistas por definición.

Daba igual los argumentos utilizados. La conclusión era siempre la
misma: apelando a sus triunfos electorales Chávez era todo un demócrata.
Poco importaban la satanización de una oposición a la que se dio el
status de "enemigo", las reformas constitucionales por la reelección
indefinida o su intención de no abandonar el poder. Como dijo Fidel
Castro en 2012, "la oligarquía jamás podrá gobernar de nuevo en
Venezuela", asumiendo claro está que todo el que no es chavista es un
traidor a la patria, un golpista o un oligarca.

Lo que ahora ha demostrado el chavo-madurismo es que sus sentimientos
democráticos eran pura pose. El PSUV (Partido Socialista Unido de
Venezuela) y los resortes de poder que controla han reafirmado en las
últimas semanas que sólo son demócratas mientras ganen elecciones. Este
extremo es válido hoy con Maduro, y lo sería igualmente si Chávez viviera.

Frente a una derrota electoral hay diversas soluciones. La más inmediata
es el fraude, pero este solo es posible si la diferencia de votos es
apretada. Caso contrario el riesgo de desborde popular es enorme y por
ello lo mejor es no provocarlo. De eso sabe algo el general Padrino
López, que convenció a Nicolás Maduro de que aceptara el resultado de
los comicios la noche del 6 de diciembre de 2015, tras el triunfo
opositor en las parlamentarias.

No es casual que éstas fueran las últimas elecciones celebradas hasta
hoy en Venezuela. Después de la victoria de la MUD (Mesa de Unidad
Democrática) no se ha vuelto a saber más del tema. El riesgo es una
nueva derrota en las urnas de un oficialismo carente de respaldo
popular. Si el fraude resulta inaplicable siempre hay un plan B:
postergar los comicios o, en el peor de los casos, suspenderlos.

Para ello cualquier argumento es bueno, sean consideraciones jurídicas,
económicas o puramente administrativas. El argumento económico es
transparente: si hay desabastecimiento y la gente pasa hambre, ¿cómo se
van a dilapidar los escasos recursos en organizar elecciones en vez de
dar de comer a la población? Esto ocurrió con el referéndum revocatorio.
Primero se intentó a toda costa impedir que se celebrara antes del 10 de
enero de 2017, ya que en el caso de una probable derrota oficialista
habría sido necesario realizar nuevas elecciones presidenciales.

La convocatoria del revocatorio, en palabras de Maduro, depende de la
potestad presidencial. Pero en sus orígenes este mecanismo se planteó
como una forma de control al ejecutivo y no un resorte para doblegar a
la oposición. Por eso la actual interpretación, pese a ser respaldada
por los tribunales "bolivarianos", es contraria a la Constitución, cuyo
texto, diseñado en su día a imagen y semejanza de Chávez, quería
resaltar los valores democráticos del chavismo.

No solo se fue contra el revocatorio. Las elecciones regionales y
municipales pueden correr la misma suerte. A mediados de 2016 se
interpretaba que las primeras se celebrarían el 11 de diciembre de ese
año, aunque una disposición del Consejo Nacional Electoral (CNE) las
postergó a fines del primer semestre de 2017. Sin embargo, una nueva
orden del CNE ha interrumpido sine die las elecciones a gobernador. Como
señaló su rectora Tania D'Amelio: "En estos momentos está interrumpida
la convocatoria [a elecciones] hasta tanto el proceso de renovación [de
los partidos] no concluya ".

D´Amelio se refiere a la aplicación por el CNE de una sentencia de la
Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) del 21 de octubre.
Esta exige a los partidos políticos ya reconocidos nuevos trámites para
poder participar en futuros procesos electorales. Es frecuente que tanto
las medidas del TSJ como las del CNE se acuerden previamente en los más
altos niveles del gobierno y del PSUV. No fue casual que Diosdado
Cabello, el número dos del Partido, señalara el 25 de enero: "Podemos ir
a elecciones mañana mismo, pero igual ustedes no pueden ir porque ni
siquiera tienen un partido... La MUD, a pesar de estar registrada, le
hizo un fraude al país y eso los deja automáticamente afuera".

Las salas Electoral y Constitucional del TSJ han obrado sistemáticamente
para desarbolar las competencias de la Asamblea Nacional, una vez que
esta fue controlada por la MUD. Según El Nacional, desde diciembre de
2015 el TSJ en 49 sentencias ha vulnerado 42 de las 77 atribuciones que
corresponden al Parlamento. Esto implica invadir el 55% de sus
facultades constitucionales. Tras estas repetidas violaciones de la
Constitución y de la división de poderes cabe preguntarse una vez más si
Venezuela vive en democracia. Como señaló Luis Almagro, secretario
general de la OEA: En Venezuela "Los diputados pierden fueros e
inmunidad, no se aprueba el presupuesto, se detiene a cualquiera en
cualquier momento y condición, los presos políticos han aumentado hasta
107". Por eso va a reactualizar su informe para reactivar la "Carta
Democrática".

En su programa radial La hora de la salsa, el presidente Maduro calificó
de "traidores a la patria" a un grupo de parlamentarios que están en
Estados Unidos denunciando la situación de su país: "Espero el
pronunciamiento de los órganos competentes, graves delitos de traición a
la patria están incurriendo estos diputados cuando se van a Washington a
decirle al nuevo Gobierno de Estados Unidos que intervenga en
Venezuela". Semejantes palabras sólo permiten augurar lo peor, un nuevo
deterioro de la situación política y un menor espacio para el ejercicio
de las libertades individuales. Vistos estos antecedentes, la deriva
autoritaria de Venezuela es innegable y cada día que pasa el parecido
con la democracia es menos evidente.

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Nota de la Redacción: este análisis ha sido publicado previamente en la
web Infolatam. Lo reproducimos con la autorización del autor.

Source: El fin del sueño democrático del chavo-madurismo -
http://www.14ymedio.com/opinion/fin-sueno-democratico-chavo-madurismo_0_2163383643.html

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