Monday, July 4, 2016

Muchos venezolanos viven con hambre y se ven obligados a saltarse comidas

Muchos venezolanos viven con hambre y se ven obligados a saltarse comidas
AGENCIAS | La Habana | 4 de Julio de 2016 - 12:35 CEST.

Kelly Vega llegó a Venezuela hace 12 años, proveniente de la ciudad
colombiana de Barranquilla, atraída por el boom del país petrolero, pero
ahora que esa prosperidad se esfumó, hay una inflación desbocada y una
severa escasez de alimentos, pasa días enteros sin comer y ha perdido 15
kilos en menos de tres meses, reporta la AP.

[La crisis venezolana en DIARIO DE CUBA]

El pálido rostro de Vega y su delgada figura denotan los rigores de la
dieta forzada que enfrenta, junto a su pequeña hija de seis años, a
consecuencia de la compleja crisis económica que golpea de manera
inclemente al 87% de la población cuyos ingresos ya no le alcanzan para
comprar los alimentos necesarios, según reveló un estudio del 2015 de
tres de las principales universidades del país.

"Estamos comiendo dos comidas. Ahorita no es como antes que comíamos
tres (veces al día)... Si hay desayuno, no almorzamos. Si hay el
almuerzo, no hay cena", relató la doméstica, de tez morena clara y baja
estatura, tras abrir la puerta de una nevera blanca, en la que se
avistan dos jarras plásticas con agua y jugo.

En la pequeña habitación alquilada de la barriada pobre de Petare, al
este de la capital, donde vive Vega junto a su hija Alexa, pocos son los
objetos de valor que se divisan, pero la joven madre soltera muestra
como uno de sus tesoros más preciados un envase plástico lleno de arroz
hasta la mitad.

"Hace un mes que no comía arroz. Está carísimo y no se consigue. Ya
tengo tres meses que no sé qué es carne ni pollo. No tengo cómo
comprarlos", comentó Vega al reconocer que su salario semanal de unos 25
dólares ya no le rinde para alimentarse y que debió restringir su dieta
a verduras, harina precocida de maíz y algunas frutas como la guayaba y
la piña que las toma en jugos dos veces a la semana, pero sin azúcar
porque el producto está muy escaso.

El mes pasado Alexa se ausentó por una semana de su escuela en Petare
debido a que su mamá no tenía para darle el almuerzo y tuvo que
llevársela a la casa donde trabaja, en una exclusiva urbanización del
sureste de la capital, para poderla alimentar. "He llorado mucho por
eso", confesó Vega, con los ojos llenos de lágrimas, al recordar ese evento.

Casos como el de Alexa se han vuelto muy frecuentes en los últimos meses
en su escuela en Petare, reconoció la maestra Doris Díaz, y algunos de
sus alumnos están presentando constantes decaimientos y hasta desmayos
por hambre.

Díaz aún tiene fresco en su mente el incidente que vivió hace unos días
cuando en plena clase se le desmayó una pequeña de seis años tras pasar
dos días sin comer. "Fue una desesperación tremenda. Vi a la niña que
estaba cambiando su color de piel. Me le acerco y automáticamente se
desmaya".

Una encuesta nacional sobre condiciones de vida de los venezolanos que
realizaron en el 2015 las Universidad Católica Andrés Bello de Caracas,
Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar,
encontró que el caso Vega y su hija no es aislado debido a que 12% de la
población hace dos o menos comidas al día.

Situación de 'hambre selectiva'

Una de las integrantes del equipo que dirigió esa investigación, la
doctora Marianella Herrera, descartó que Venezuela enfrente una hambruna
generalizada, pero sostuvo que "hay situación de hambre selectiva en
algunas comunidades o algunos individuos" y que ante la desbordada
inflación de tres dígitos y los problemas de escasez de alimentos que
azotan a Venezuela, es casi seguro que aumentó el porcentaje de
población que hace menos de dos comidas al día.

Herrera indicó que las dificultades de alimentación que enfrentan los
venezolanos, sin precedentes en la historia reciente, no solo se limitan
a la frecuencia de las comidas, sino a la calidad y cantidad de los
alimentos que consumen.

De una dieta diaria que incluía al menos 20 alimentos, "esto se ha
reducido a unos cuatro, cinco", dijo la investigadora al reconocer que
aunque en los años 80 y 90 existían casos de desnutrición, no se veían
problemas de desabastecimiento de las dimensiones actuales que hacen la
situación muy compleja.

Productos como el mango, la batata, el ñame, la yuca, el plátano o las
sardinas, que anteriormente no eran muy demandados por los venezolanos,
ahora en medio de la crisis se han convertido para muchos en su
principal o único alimento.

Sobre las consecuencias que está generando esa situación aún no existen
evaluaciones, pero para algunos analistas la detección de casos, cada
vez más frecuentes, de personas que buscan alimentos en la basura, así
como el resurgimiento en el país de los saqueos de comercios, han
encendido las alarmas.

Saqueos triplicados en un año

Durante mayo ocurrieron en Venezuela 52 saqueos de comercios, cifra que
triplica el registro del mismo período del 2015, reportó la organización
Observatorio Venezolano de Conflictividad Social citado por la AP.

En la ciudad nororiental de Cumaná, estado Sucre, ocurrieron este mes
unos violentos disturbios que dejaron un centenar de comercios
saqueados, un fallecido y 400 detenidos.

La educadora Natacha Córdoba aseguró que vivió momentos de mucha tensión
la mañana de 14 de junio cuando quedó atrapada en una avenida de Cumaná
en medio de una turba de decenas de personas de extracción muy pobre que
saquearon un supermercado.

"Quedé con mi carro atravesada con todos los encapuchados que venían
corriendo y motorizados que venían alborotando a la gente y abriendo los
negocios...Lo que se veía era gente humilde, la comunidad de Caiguire,
gente que bajó de los cerros de Pan de Azúcar. Todos gritaban: tenemos
hambre, queremos alimentos. No sólo se llevaron la comida, destrozaron
el negocio", relató Córdoba.

El influyente diputado oficialista Diosdado Cabello descartó que los
saqueos de Cumaná respondan a los problemas de falta de alimentos o
hambre, y dijo en su espacio de la televisora estatal que las
dificultades que enfrenta Venezuela son consecuencia de una "guerra
económica" promovida por sectores opositores. "Hambre se pasaba aquí en
la IV República (los gobierno anteriores al proceso chavista). Ahorita
es una situación que nuestro pueblo la entiende perfectamente", agregó.

Los analistas sostienen que la crisis alimentaria que enfrenta Venezuela
está asociada a un descenso en la producción de numerosos rubros que se
viene presentando desde hace varios años, y una caída de más de 40% que
sufrieron las importaciones en el 2015 y que se teme se mantendrá
durante este año debido a una merma en la venta de las divisas oficiales
producto de la baja de los precios del petróleo que financia el 96% de
los ingresos que recibe el país por exportaciones.

Un estudio reciente de la Asamblea Nacional, basado en cifras oficiales,
reveló que la producción de alimentos básicos como los cereales cayó 22%
y la de bovinos bajó casi 7% durante el año pasado. La encuestadora
Datanálisis, por su parte, hizo una consulta este año y determinó que
hay una escasez del 83%, lo que quiere decir que de cada diez productos
básicos, que son los más demandados y están bajo un régimen de control
de precios, solo se consiguen dos.

Crisis económica y racionamiento

Para hacer frente a la crisis económica el Gobierno venezolano puso en
vigencia este año un mecanismo de distribución directa de alimentos
básicos y de estímulo a la producción en las comunidades conocido como
"comités locales de abastecimiento y producción (CLAP)".

"Los CLAP son una creación nueva, valga la redundancia, de la revolución
para ganar la guerra económica, aliviar la vida del pueblo y estabilizar
la economía en estos seis meses que vienen que van a ser seis meses
buenos, de batalla. Imperio y oligarcas preparaos", dijo el mes pasado
el mandatario venezolano Nicolás Maduro al defender la iniciativa.

Otro de los planes que activó este año Caracas para contrarrestar la
crisis es la agricultura urbana a través de la creación de huertos de
verduras y frutos en terrazas de edificios y casas, pequeños gallineros
y cultivos de peces en viviendas.

La jefa del recién creado ministerio de agricultura urbana, Lorena
Freitez, aspira a que en cuatro años los cultivos en las zonas urbanas
puedan abastecer cerca de 3,3 millones de habitantes y cubrir 20% del
consumo de alimentos en las ciudades para el 2019.

Freitez dijo en entrevista con The Associated Press que con la
agricultura urbana se aspira a "amortiguar los efectos del
desabastecimiento programado que estamos viviendo" y lograr que en las
ciudades "no seamos tan dependientes de la producción que viene de
afuera y que podamos seguir avanzando en nuestra soberanía alimentaria".

Desde la azotea de un modesto edificio de cuatro plantas que construyó
el Gobierno en el sector del Paraíso, al oeste de la capital, Francisco
Salazar, un vocero de un consejo comunal de 48 años, asegura que está
dando "golpes" a la "guerra económica" con un gran huerto que incluye
pequeñas siembras en mesas de remolacha, acelgas, albahaca morada,
tomate, caraota, ajo porro, ajo chino, cebollín, cilantro, lechuga,
zanahoria, rábano, cebollas, calabacín, pimentón, entre otros.

"Nosotros ya cambiamos el hábito de consuno de alimentos. Ahorita no nos
estamos dando mala vida. Si no tenemos harina pan (harina precocida de
maíz), no tenemos pasta, no tenemos arroz, no tenemos salsa, bueno, aquí
tenemos nuestras legumbres que estamos cosechando aquí", acotó Salazar.

Sobre el impacto que podrían generar los CLAP y los cultivos urbanos, la
doctora Herrera dijo que "son pañitos calientes que no van a resolver el
problema definitivamente".

Source: Muchos venezolanos viven con hambre y se ven obligados a
saltarse comidas | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/internacional/1467628556_23574.html

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