Tuesday, June 4, 2013

La agonía de un sistema

La agonía de un sistema
GUSTAVO BRICEÑO VIVAS | EL UNIVERSAL
martes 4 de junio de 2013 12:00 AM

Siempre ha habido situaciones que lamentar, aun en las democracias más
estabilizadas. Imaginemos un país donde la democracia brilla por su
ausencia. Una autocracia en todo su esplendor justifica entonces,
nuestra visión a reencontrarnos con un sistema de libertades, distinto
al actual, de allí el deseo común y cotidiano de enfrentar la autocracia
que vivimos día a día. Con detenimiento y traducción observé el video,
donde el señor Mario Silva, relata una situación muy común en un régimen
harto contrario a la ética y a la moral. Son muestras claras de un
régimen en agonía. Pero ¿Qué es lo agónico? ¿Qué es lo que decae? Lo que
decae es la forma y la manera de gobernar, la conducción de una política
muy lejana de la actuación cual debe ser apegada a los valores y a los
principios, no solo aquellos descritos en la Constitución nacional, sino
de principios, del pensamiento normal de las gentes en nuestro tiempo.
Me pregunto ¿qué le ha pasado al país que mira con estupor la
materialización de conductas a todas luces degradantes e inconvenientes
para la salud mental y ética de los ciudadanos?

Tenemos ya 14 años en presencia de una forma de gobernar exageradamente
ineficiente mortificadora y contradictoria. Debo decir, de manera
inequívoca, que la conducción política y social del fallecido
presidente, fue la más inconveniente de todos los gobiernos democráticos
o no que ha tenido este país después de 1830, cuando comenzaron los
gobiernos formalmente elegidos después de la idea bolivariana de unirse
a la Gran Colombia. El fallecido, asumió el poder, con la convicción de
hacer una revolución, a su manera, sin tomar en consideración la
mentalidad y la idiosincrasia total de la población. Dividió a los
venezolanos, destruyó los partidos políticos, desdibujó la separación de
poderes institucionales, limitó injustificadamente la libertad de
expresión, alteró los derechos humanos, usurpó funciones legislativas y
judiciales, y los más grave de todo: creó en el sentir de la gente un
sentimiento de impotencia y desazón que difícilmente se le encuentra
salida o posibilidad de acomodo. He allí el problema real de los
venezolanos en esta era tan tormentosa e infeliz que vivimos.

El título de este artículo aparece esperanzador, por cuanto parto del
principio de que existe una agonía de un régimen, y eso es bueno, si
consideramos con atención los argumentos que en líneas anteriores pongo
a la consideración del lector. ¿En qué creer? ¿Hay agonía o no? Cuando
vemos el video del señor Silva, indudablemente es muestra de
degradación, es muestra de que al menos observamos la cultura del
pillaje y de la ignominia, es muestra de que desde hace 14 años, aquella
división política y social por las cuales se nos ha sometido de forma
indiscriminada tiene sus resultados que al verlos urge la posibilidad
de encontrarnos con un sistema democrático donde estemos de acuerdo en
convivir y armonizar nuestras relaciones y diferencias. El ciudadano
tiene un poder inmenso de cambio y de valoración, no todo es malo.
Venezuela -si vemos la historia de manera objetiva- se encuentra en la
etapa más oscura de su acontecer, pero no puede ser la excepción,
imaginemos un país diferente y armonioso, y que por supuesto jamás
tengamos la posibilidad de observar un video como el visto hace unos días.

gbricenovivas@gmail.com

http://www.eluniversal.com/opinion/130604/la-agonia-de-un-sistema

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