Friday, May 11, 2012

Venezuela en la hora 25

Publicado el viernes, 05.11.12

Venezuela en la hora 25
Fernando Llano / AP
Pedro Corzo

Las diferencias fundamentales entre una sociedad democrática y un
régimen de características autocráticas, están en la fortaleza de sus
instituciones, la certeza que ante la ausencia del mandatario o ante una
crisis de gobernabilidad, el estado de derecho, el respeto a la
constitución, van a primar por encima de los intereses de grupos.

La ausencia de una persona, por importante que sea el cargo, no
determina la caída de un gobierno, situación contraria a lo que se
percibe en Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez, como si fuera un
jefe de operaciones militares, dirige las tropas desde miles de
kilómetros de distancia, lo que hace evocar a José Martí, quien escribió
al generalísimo Máximo Gómez: "General, una república no se dirige como
un cuartel", consejo que nunca han acatado los hermanos Castro ni Hugo
Chávez.

Los gobiernos que se sustentan en el liderazgo de una persona son
particularmente frágiles, y si el caso cubano hasta el momento ha sido
una excepción, es por la concepción dinástica que Fidel Castro impuso en
la nomenclatura que forjó, durante los más de 45 años de mandato absoluto.

Cuba ha sido dirigida por décadas como un estado teocrático. La voluntad
del soberano, aunque todavía es ley, presenta las fisuras que siempre
han caracterizado la autocracia chavista.

Por su parte Venezuela, a pesar del despotismo imperante, ha contado con
espacios legales que han impedido que se imponga el estado policíaco
necesario para que el régimen sobreviva, aun cuando el líder haya
desaparecido.

No obstante, el mandatario ha tomado medidas de control, cosa que es de
suponer que sus seguidores ven con alegría. Recientemente designó un
Consejo de Estado, un probable paso para iniciar un proceso de
transición e informó de la voluntad de su gobierno de abandonar la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, una entidad independiente
que con frecuencia ha criticado con severidad a su gobierno. También
aprobó una ley laboral que busca el apoyo de los trabajadores en los
próximos comicios.

Tanto Chávez como sus aliados están de acuerdo en que no hay relevo. Sus
seguidores creen que el comandante es insustituible, por lo que es vital
que dé señales de tener el control de la situación, ya que una
transferencia del mando, o una percepción de anarquía, podría generar el
caos en el que todos estarían contra uno y uno contra todos.

Son muchas las informaciones de divisiones al interior del gobierno, lo
que genera inseguridad y la formación de grupos de poder rivales entre
sí. También hay informaciones sobre la disposición de ciertos sectores
oficiales de arremeter contra la oposición, para garantizar la
continuidad del régimen.

Para un dictador duro y puro, la afición de Hugo Chávez a las elecciones
es un lastre que ha impedido fortalecer las estructuras del régimen,
pero ese es un factor común a todas las dictaduras institucionales.

A pesar de las acusaciones contra la oposición de buscar la
inestabilidad política, tanto Chávez como sus partidarios están
convencidos que sus contrarios no tienen capacidad ni voluntad para
producir un proceso de desestabilización que pueda poner en peligro el
régimen y menos el país.

La nomenclatura bolivariana está consciente de que los únicos con
capacidad y voluntad para recurrir a la violencia son ellos. También
saben que aunque los dirigentes de las Fuerzas Armadas han hecho pública
su adhesión al gobierno, hay un número importante de oficiales que
acatan el mandato presidencial, exclusivamente por su lealtad a la
Constitución.

Chávez, independientemente del estado real de su salud, ha manipulado
con fines electorales la información relacionada con su enfermedad, al
extremo, afirmó Luis Vicente León, presidente de la encuestadora
Datanálisis, que en el país el "monotema es la salud de Chávez".

Muchos analistas opinan que los miles de rumores sobre su recuperación o
gravedad, han restado espacio a un genuino debate electoral y a un
balance de la gestión del gobierno, lo que en la opinión de Vicente
León, va en detrimento de las posibilidades de triunfo de Henrique
Capriles, candidato de la oposición.

A los venezolanos les está llegando su hora 25. Esta es posiblemente la
última oportunidad constitucional para impedir que el modelo castrista
con las modalidades del siglo XXI, se imponga en el país.

Hay que votar si se tiene la oportunidad. Si vence el hastío y la
decepción que provoca la política y los políticos, se está favoreciendo
a los enemigos de la libertad y Hugo Chávez está entre ellos.

Periodista de Radio Martí.

http://www.elnuevoherald.com/2012/05/11/1200073/pedro-corzo-venezuela-en-la-hora.html

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