Saturday, May 5, 2012

La transición chavista

La transición chavista
Manuel Felipe Sierra
Sábado, 5 de mayo de 2012

Después de negarse a reconocer la necesidad de la sustitución en razón
de su delicado cuadro de salud, Chávez habría decidido despejar el
camino que facilite las posibilidades de prolongarle el poder en las
elecciones del 7 de octubre. Para ello, el Consejo de Estado resulta una
salida oportuna.

La activación del Consejo de Estado anunciado por Hugo Chávez antes de
partir de nuevo a La Habana, no es una decisión caprichosa. Como tampoco
lo es el hecho que haya enfatizado la presencia en él de José Vicente
Rangel. De alguna manera, éste sería el camino escogido por el
mandatario para el inicio de una transición desde el mundo del chavismo.
Está claro que cada vez son menores las posibilidades de que Chávez
asuma la candidatura en términos que aseguren su reelección.
Después de negarse a reconocer la necesidad de la sustitución en razón
de su delicado cuadro de salud, Chávez habría decidido despejar el
camino que facilite las posibilidades de prolongarle el poder en las
elecciones del 7 de octubre. Para ello, el Consejo de Estado resulta una
salida oportuna. De otra manera, era lógico que la Vicepresidencia se
convirtiera en un tema altamente polémico. La escogencia de un nuevo
Vicepresidente habría representado la designación de un eventual
sustituto en la candidatura. El nombramiento de Nicolás Maduro, Diosdado
Cabello o Adán Chávez hubiera significado la liquidación de las
aspiraciones de Elías Jaua y ofrecería una señal hacia donde apuntaban
los pasos del mandatario, amén de reconocer su incapacidad para mantener
la candidatura.

El Consejo de Estado, si bien es un organismo consultivo y no ejecutivo
y cuya designación obedeció al estudio de la factibilidad para la
separación de Venezuela de la Comisión Interamericana de los Derechos
Humanos de la OEA, habrá de cumplir una función decisiva en el manejo de
temas políticos urgentes sin que ello interfiera con la estructura
formal del gobierno. El peso y las destrezas políticas de Rangel lo
convierten en este caso en un factor de negociación para conducir una
transición en el chavismo. No es menos importante el hecho de que el
equipo asesor esté integrado por funcionarios que si bien no menos
radicales mantienen una visión civilista del proceso y con vínculos con
los factores democráticos.

La victoria de Henrique Capriles Radonski, decretaría inevitablemente un
período para la recomposición de las instituciones y para el abordaje de
temas complejos como el rescate del aparato productivo, el futuro de
PDVSA y las Fuerzas Armadas y el replanteamiento de la obscena alianza
estratégica con Cuba. Ello no podría lograrse solamente con el triunfo
electoral, que si bien garantiza la Presidencia de la República, no
asegura el ejercicio pleno de los poderes, hoy en manos de la hegemonía
chavista. ¿Es posible que en algún momento coincidan las transiciones
del chavismo y de las fuerzas democráticas? El otro escenario
significaría el uso de la violencia, en la cual tiene una clara ventaja
el régimen. El Consejo de Estado no es un simple pote de humo.

manuelfsierra@yahoo.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2872822.asp

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