Saturday, May 12, 2012

La conspiración de Chávez y Rangel

La conspiración de Chávez y Rangel
Fernando Ochoa Antich
Sábado, 12 de mayo de 2012

¿Qué es para J.V. Rangel la conspiración permanente? Acusar a la actual
oposición democrática, liderada por Henrique Capriles, de ser la misma
que conspiro contra el régimen chavista el 11 de abril de 2002. Su
razonamiento no tiene ninguna base histórica pero crea en cualquier
lector, con facilidad, una inmensa duda: "A diez años de esos sucesos la
oposición ratifica su pasado.

No había entendido la estrategia de estos dos mefistofélicos
personajes. Por suerte Hugo Chávez habla mucho y la manera de actuar de
Rangel ha perdido la sinuosidad que tenía en otros tiempos. Ahora deja
el rastro como si fuese un aprendiz de politiquero y no el viejo
veterano lleno de cinismo y viejas mañas. La pista la dio el propio
Hugo Chávez en la perorata que le dirigió al país en la firma de la tan
postergada ley del Trabajo. En medio de las palabras se dirigió a
Rangel, que ahora como obsecuente chavista aparece en todos los actos
del gobierno, y le comentó su último artículo. El título me llamó la
atención:"La Conspiración Permanente". El uso que hizo Hugo Chávez de su
contenido aún más. Lo más curioso fue que al ir a leer el artículo me di
cuenta que Rangel había repetido invariablemente esa tesis en varios de
sus escritos.

¿Qué es para J.V. Rangel la conspiración permanente? Acusar a
la actual oposición democrática, liderada por Henrique Capriles, de ser
la misma que conspiro contra el régimen chavista el 11 de abril de 2002.
Su razonamiento no tiene ninguna base histórica pero crea en cualquier
lector, con facilidad, una inmensa duda: "A diez años de esos sucesos la
oposición ratifica su pasado. Mantiene el mismo discurso, maneja las
mismas ideas: desprecia la Constitución, la verdad y las instituciones.
Al observarlos desafiar elementales principios cívicos, montados en el
mismo tsunami de odios concluyo que si esa oposición, la actual, la
misma del 11 de Abril y otras aventuras, cuya praxis consiste en asumir
la política como "conspiración permanente al servicio de las peores
causas", vuelve al gobierno, Venezuela se hundiría en una crisis de
proporciones colosales".

Al leer los demás artículos se obtiene el hilo conductor de la maniobra
y su claro objetivo. El primer elemento surge de un análisis del
resultado de las encuestas: ellas confirman la segura derrota de
Henrique Capriles. Esta realidad, según Rangel, conduciría a la
oposición a buscar el camino de la conspiración mediante el
desconocimiento del resultado electoral. Su negativa de aceptar
reconocer de antemano la transparencia del proceso electoral y la
legitimidad democrática del ganador, así lo demuestra. Presionar a la
oposición es el objetivo. Un señalamiento grave, pero que le falta
fuerza. Hay que vincularlo con los intereses imperiales. La imprudencia
del general Douglas Fraser. Comandante del Comando Sur, lo permite. "En
conclusión, la elección venezolana trasciende las fronteras. Es un
asunto propio de los Estados Unidos y de la Unión Europea".

El objetivo no presenta dudas. Es una respuesta a una realidad que le
causa preocupación al chavismo. La legitimidad electoral es fundamental
para el futuro del régimen. Perderla, por los permanentes abusos de
poder, no sólo produciría su aislamiento internacional sino un
debilitamiento estructural que, ante la enfermedad de Hugo Chávez,
podría comprometer la propia estabilidad del gobierno. Este tema debe
haber sido tratado, repetidas veces, en esas angustiantes y solitarias
noches de Miraflores. Allí, el habilidoso Rangel, que aspira la
vicepresidencia para poder optar a la presidencia en caso de una crisis,
debe haber utilizado su más fina dialéctica, para convencer de esos
reales riesgos al temeroso Hugo Chávez. Debe haberle susurrado: "tan
grave crisis requiere del manejo de un hombre que como yo no lo abandoné
el 11 de Abril".

Hugo Chávez se aprendió la lección casi al caletre: "Estados
Unidos sabe que la burguesía jamás ganaría unas elecciones en
Venezuela, por ello no es casual la injerencia estadounidense en el
proceso electoral del 7 de Octubre. Existe un plan conspirativo en
marcha contra la voluntad del pueblo. Esto ocurre porque la oligarquía
sabe que no puede ganar las próximas elecciones y que el pueblo
venezolano decidió vivir en paz y democracia". No satisfecho con esta
filípica tomó varias medidas buscando impactar a la opinión pública:
crear el Consejo de Estado, designando a Rangel y a Luis Brito García
como demostración de gran confianza, y retirarse de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. El objetivo de esta maniobra se
mantiene: presionar a la oposición para que reconozca de antemano la
legitimidad del proceso electoral

La oposición no puede aceptar esta presión: el resultado electoral, si
triunfa el chavismo, es ilegítimo. Esta verdad hay que decirla al mundo.
Un proceso electoral requiere de iguales condiciones y oportunidades
para todos los participantes. En Venezuela no las hay. La pregunta que
surge de inmediato es la siguiente: ¿Debe la oposición ir a las
elecciones en tan desfavorables condiciones? Estoy convencido que sí.
Las posibilidades de derrotar a Hugo Chávez son reales. De allí que haya
muchos chavistas, entre ellos Rangel, que les interesa suspender las
elecciones. Eso sí, tienen dos grandes problemas: Hugo Chávez quiere ser
candidato aunque le cueste la vida y Henrique Capriles se fortalece,
cada día más en la opinión pública, por su mensaje renovador y su
creciente carisma.

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2528118.asp

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