Wednesday, May 9, 2012

Chávez: muchas preguntas y cero respuestas

Chávez: muchas preguntas y cero respuestas
Vladimir Villegas
Miércoles, 9 de mayo de 2012

Por mucho que los voceros del oficialismo hablen de conspiraciones
opositoras, lancen la bengala del retiro de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, o pretendan crear la matriz de que Aponte Aponte es
un invento del comando de Henrique Capriles, lo que prevalece, lo que
ocupa buena parte del pensamiento colectivo en nuestro país es un
inmenso signo de interrogación.

Hay unos cuantos acertijos por descifrar de aquí al 7 de octubre, día
previsto para las elecciones presidenciales venezolanas. Creo que nunca
una elección presidencial había estado rodeada de circunstancias como
las actuales, con un Presidente de la República enfermo, batallando
contra una terrible enfermedad y al mismo tiempo aspirando a reelegirse,
y con un partido gobernante, como el PSUV, aparentemente unificado en
torno a la figura del líder, pero en medio de una angustiosa expectativa
con respecto a lo que pasará de aquí al día de los comicios.

Por más que uno diga repetidamente que deseamos la recuperación del
Presidente, que no tenemos el más mínimo empeño en hacer fiesta con su
enfermedad, el natural reclamo de una información fidedigna con respecto
a su salud es más que suficiente para estar colocado en una lista de
conspiradores o cuando menos necrófilos de la política. La fuerza de los
hechos está rompiendo, poco a poco, con el secretismo que ha rodeado
este asunto. Hasta en el Partido Socialista Unido de Venezuela se habla
de escenarios diversos, con Chávez a medias, con Chávez a toda máquina,
e incluso con otro candidato. Sin embargo, siguen sin descifrarse los
acertijos que forman parte de la comidilla diaria de los venezolanos.

¿Será verdad que está enfermo?, se preguntan algunos. Si no lo está es
tremendo actor, dicen otros. ¿Será candidato? ¿Llegará con vida a las
elecciones? ¿Será una trampa para luego aparecer dando brincos y
haciendo cadenas larguísimas, como era su costumbre hasta hace muy poco?
¿Habrá escogido ya un sucesor? ¿Es Diosdado el elegido, para dolor y
decepción de Nicolás Maduro? ¿Será Jaua? ¿Se atreverá a postular a algún
familiar directo? ¿Habrá elecciones el 7 de octubre o serán pospuestas
para diciembre? ¿Maduro es el hombre? ¿Será alguno de los integrantes
del Consejo de Estado, o a estos personajes les corresponde manejar los
hilos del poder en caso de un lamentable desenlace? ¿Aceptarán los
militares un sucesor civil? A estas interrogantes se suman otras, como
es natural.

Por ejemplo, ¿es real la unidad de la que tanto alardean los dirigentes
del Partido Socialista Unido de Venezuela? ¿Ya hay claridad con respecto
al escenario más probable? ¿Hay algún acuerdo para designar un eventual
candidato distinto a Chávez? ¿Es factible que el PSUV convoque
primarias? ¿Por qué no se publica un parte médico oficial que desmienta
de cuajo todos los pronósticos negativos divulgados sobre la salud del
jefe del Estado? ¿Sabe el Presidente toda la verdad sobre su enfermedad?
¿Nos oculta algo que debamos saber? Y otras preguntas también rodean el
ambiente. Por ejemplo, ¿son creíbles esas encuestas que hablan de una
ventaja de más de 30 puntos a favor de Chávez? ¿Están "puyadas" como
whisky "piche" o muestran la realidad? ¿Se hicieron con la misma
metodología de las que vaticinaron menos de 2 millones de electores en
las primarias opositoras y menos de 25 diputados para la Mesa de la
Unidad? Todas esas preguntas están sin respuestas, y siguen rondando en
la mente de los venezolanos, incluso en la de quienes respaldan al
Presidente. Su última alocución, al momento de promulgar la Ley Orgánica
del Trabajo, dejó espacio para muchas especulaciones sobre la gravedad
de la enfermedad que lo afecta y el impacto que pueda tener en el futuro
inmediato del país.

Por mucho que los voceros del oficialismo hablen de conspiraciones
opositoras, lancen la bengala del retiro de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, o pretendan crear la matriz de que Aponte Aponte es
un invento del comando de Henrique Capriles, lo que prevalece, lo que
ocupa buena parte del pensamiento colectivo en nuestro país es un
inmenso signo de interrogación.

vvillegas@gmail.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/4799804.asp

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