Saturday, September 17, 2011

¿Y si Chávez no puede competir?

¿Y si Chávez no puede competir?
Freddy Lepage Scribani
Sábado, 17 de septiembre de 2011

El padecimiento presidencial es de alto calibre. Por lo tanto, la
posibilidad cercana o remota, de que Chávez, por alguna circunstancia,
no participe en la carrera presidencial, tendrá que ser un elemento a
considerar

El panorama político venezolano, de por sí muy complejo, se hace ahora
peor en cuanto a incertidumbres se refiere. La enfermedad de Chávez ­que
para algunos incrédulos no es real­ introduce un factor de perturbación,
no sólo desde el punto de vista electoral, sino también a propósito del
devenir diario del país.

Cada vez son más frecuentes sus comunicaciones con los venezolanos a
través de ese nuevo invento tecnológico denominado Twitter. Quién se iba
a imaginar que la tirria que le tiene o, mejor dicho, le tenía el
mandamás de Miraflores a este útil y novedoso medio de comunicación, iba
a terminar siendo su instrumento favorito para expresarse. Ironías de la
vida, ¿no?...

Por fin, el Consejo Nacional Electoral fijó el cronograma para la
realización de las elecciones presidenciales, de gobernadores y alcaldes
y de concejales; estos últimos con una larguísima ñapa que se les ha
hecho eterna.

Eso es un avance importante, aunque en cualquier democracia del mundo es
un hecho común, corriente, rutinario, que no llama la atención de nadie,
más allá de su importancia para ejercer el derecho del voto. Pero en
estos tiempos de revolución lo usual se vuelve extraordinario. El CNE
fijó, rompiendo la tradición, las presidenciales para el 7 de octubre de
2012.

Ahora bien, mucho se ha especulado sobre el particular.

Pero, lo que sí resulta evidente es que si fijaron esa fecha, es porque
los analistas del Gobierno, llegaron a la conclusión de que ese es el
momento más apropiado para una posible recuperación de la popularidad y
la salud física del Presidente.

No hay otra conclusión sobre el particular.

Pero, todavía hay condicionantes imponderables que escapan de las manos
de los estrategas de la revolución que, por más que vislumbren
diferentes escenarios, no los pueden prever todos. En la actual
coyuntura, a pesar de las informaciones parciales, sesgadas y
administradas sobre la enfermedad de Chávez, que difunde el poderoso y
omnipresente aparato propagandístico de Estado, ésta se convierte por
obra de la providencia divina, en algo que hay que tomar en cuenta, muy
en serio.

El padecimiento presidencial es de alto calibre. Por lo tanto, la
posibilidad cercana o remota, de que Chávez, por alguna circunstancia,
no participe en la carrera presidencial, tendrá que ser un elemento a
considerar. En lo personal, pienso que esto no va a ocurrir. Es más, no
deseo que ocurra, porque creo, firmemente, que la salida electoral es la
única para lograr la paz, el progreso y el reencuentro de la familia
venezolana.

Entonces, hagamos un corto ejercicio de los diferentes panoramas que se
vislumbrarían para los variopintos sectores políticos de la vida nacional.

Por una parte, esta coyuntura generaría (ya está sucediendo)
enfrentamientos intestinos en los diferentes grupos y corrientes del
chavismo. La lucha por el poder abriría, o destaparía, la profunda
brecha existente entre los sectores civiles y militares, que obedecen a
muy particulares intereses. Con el añadido específico de que Chávez no
ha permitido el surgimiento de liderazgos distintos al de él.

Por los lados de la oposición la situación es distinta. Sin pecar de
ingenuo, me atrevo a asegurar que la coherencia (no la llamemos unidad)
y madurez adquirida durante estos larguísimos años del régimen chavista,
obligaría a una actuación y ponderación más madura y atemperada de la
situación. Ahora bien, como en este tema hay mucha tela que cortar, lo
seguiremos tratando en próximas columnas.

freddylepage@cantv.net

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2420028.asp

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