Sunday, September 11, 2011

Víctimas 2.0

Víctimas 2.0
KIko Bautista
Domingo, 11 de septiembre de 2011

Para evitar que en Venezuela ocurra algo parecido a lo de Libia, el
chavismo no tiene otra ocurrencia que inventar un supuesto grupo
revolucionario, el N33, con la intención de intervenir Twitter. La idea
es que alterando las cuentas de sus adversarios más emblemáticos, la red
debería caer desmoralizada.

La verdadera revolución es la digital. Gracias a los celulares, las
computadoras, Internet y a las redes sociales, las masas son hoy las
protagonistas. La lucha de clases se convirtió en un cachivache obsoleto
fuera de moda. La fuerza movilizadora del chip está produciendo la
verdadera emancipación. La tendencia a la soledad humana se ha revertido
y ahora cualquiera consigue amigos, novias y demás afectos por Facebook.

Hoy, cada 20 minutos se comparten 1.000.000 de links a través de esta
red. Se envían 1.500.000 invitaciones a eventos. Se aceptan 2 millones
de solicitudes de amistad. Se mandan 2,7 millones de mensajes personales
y 1.300.000 millones de fotos.

En menos de media hora 10 millones de comentarios se generan a través de
Facebook y frente los viejos marxistas revolucionarios no han podido
hacer una sola, nueva e interesante reflexión.

Se quedaron pegados en el patín. Cierto que los grandes medios imponían
una sola dirección a la información. Que en radio, prensa o TV, lo que
usualmente se conseguía sobre un tema era la visión del medio sobre el
hecho. Por mucho profesionalismo que pudiera invocarse, predominaban la
opinión de dueños o directivos a la hora de enfocar una noticia.

Estos nuevos medios rompieron ese esquema. Ahora hay retroalimentación,
es decirfeedback. Las corrientes de opinión surgen de los usuarios, de
sus necesidades y auténticos puntos de vista. En Twitter o Facebook la
influencia de la propaganda o de la publicidad no es lo determinante. Ni
siquiera lo religioso o ideológico. Los códigos para generar seguidores
son otros. La credibilidad, la honestidad y lo afectivo privan a la hora
del surgimiento de un treding topic.

En el Medio Oriente las redes sociales fueron uno de los factores más
importante para derrumbar gobiernos muy fuertes, enquistados por años en
el poder. En una realidad controlada, la mayoría los medios
audiovisuales o impresos en manos del Estado, las redes sociales han
resultado ser una herramienta de organización y movilización tan o más
eficaz que un partido político.

El mundo sigue cambiando. Los medios digitales gozan de una
característica técnica que ha terminado por volverse un concepto muy
sólido. En Libia, Siria y demás dictaduras intentaron controlar su uso.
Eso no se puede. Cortaron las líneas telefónicas, limitaron el acceso a
Internet y aun así, no lograron detener la comunicación entre las masas.
Los nuevos medios al igual que las redes son incontrolables, es decir
libres.

Frente a esta nueva realidad la reflexión que ha hecho la vieja
izquierda ha resultado típica. Facebook con 700 y Twitter con 200
millones de seguidores son armas del imperio para influir en la mente de
los más débiles y, a través de la manipulación y el chantaje, evitar el
avance del cambio social y la liberación de los pueblos.

Cierto que más del 50% de los seguidores de Twitter tiene entre 18 y 35
años. Es un error ver eso como una tragedia. Al contrario, ahora los más
pobres y débiles tienen cómo interactuar y defenderse. La vieja
izquierda sigue asociando a la tecnología con instrumentos de dominación
ideológica. Por ello su comprensión de la revolución digital es tan absurda.

Es así como, para evitar que en Venezuela ocurra algo parecido a lo de
Libia, el chavismo no tiene otra ocurrencia que inventar un supuesto
grupo revolucionario, el N33, con la intención de intervenir Twitter. La
idea es que alterando las cuentas de sus adversarios más emblemáticos,
la red debería caer desmoralizada. El manto de protección que brinda el
anonimato ya no serviría de nada y el miedo haría retroceder los planes
de desestabilización de la derecha reaccionaria.

Se sospecha que este supuesto grupo N33 no es más que una máscara para
tapar una unidad de la policía del Estado dedicada a intervenir en la
red. Estos señores, se dice, cuentan con equipos sofisticados, muy pero
muy caros, directamente conectados con la CANTV y con acceso a toda su
data de información. Cierro o falso, el intento de sabotaje tiende a
convertirse en una especie de tiro por la culata.

Desde el momento en que desde La Hojilla se aplaudió la intervención de
e-mails y cuentas de Twitter, quedo en evidencia la relación entre el
sabotaje y el gobierno.

Según nuestras leyes, lo que se estaba celebrando es un delito. Bajo esa
presunción, los afectados han recurrido al CICPC y a la Fiscalía para
que se determine los responsables del hecho. Pude que lo hagan o no. Lo
fundamental es que la noticia ha recorrido el mundo y en toda Internet
se discute cómo evitar este tipo de acciones.

Pronto lo sabremos todo. En la red es posible seguir cualquier rastro.
Lo interesante es que surgirán propuestas que evitarán la intervención
de cuentas y bloquearán cualquier saboteo. Saldrán las redes sociales
fortalecidas y las victimas obtendrán más y más seguidores.

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/3726582.asp

No comments:

Post a Comment