Monday, September 19, 2011

Se hunde el barco

Opinión | 18/09/2011

Se hunde el barco...

Después de 12 años, Chávez luce con cara de perdedor. Si le metemos lupa
a las más recientes encuestas encontraremos que el Líder del Proceso, no
sólo está débil por los efectos de la quimioterapia, la ineficacia es la
verdadera razón para que el portaviones de ayer se haya transformado en
submarino hoy
Kico Bautista


Resulta que el llamado portaviones ya no aguanta tanto peso. Chávez
contándose al lado de los gobernadores correría el riesgo de hundirse.
Sería arrastrado hasta el fondo por los suyos. Perdería en Anzoátegui,
Aragua, Sucre, Mérida, Falcón, Yaracuy y quién sabe si en más estados.

Si a esta lista le sumamos Miranda, Zulia, Carabobo, Táchira, Nueva
Esparta, Lara y Amazonas, el Comandante Presidente no tendría otro
destino que la derrota. Semejante cuadro, su evaluación, seguro que fue
determinante a la hora de separar las elecciones.

Después de 12 años, Chávez luce con cara de perdedor. Si le metemos lupa
a las más recientes encuestas encontraremos que el Líder del Proceso, no
sólo está débil por los efectos de la quimioterapia, la ineficacia es la
verdadera razón para que el portaviones de ayer se haya transformado en
submarino hoy.

Es verdad que la enfermedad, tratada como un show, le ha permitido subir
unos puntos al Comandante Presidente en las encuestas. Esas cuñas de
gente llorando todo el día por el canal 8 tienen sus efectos y eso no se
puede subestimar. Sin embargo, la gestión aparece con números y
observaciones muy negativos en todas las mediciones y en los Focus Groups.

La gente siente que el país está estancado. Le reconocen a Chávez que
ayudó a los pobres, que les dio protagonismo, pero, de igual manera, le
reclaman que no avanzamos. No se ve por ningún lado ninguna posibilidad
de progreso. Todo lo contrario, los problemas se agravan y no parecieran
tener solución. La inseguridad aumenta.

El servicio eléctrico es un caos. El desabastecimiento continúa. Todo
cuesta más y no hay empleo. Existe la impresión de que el dinero del
petróleo, por más que suba el barril, siempre resultará insuficiente.

Esas señales están en todas las encuestas, también en la calle. El
gobierno elude la responsabilidad de discutir lo mal que anda el país.
Más bien aparece como tapando la realidad con unos argumentos que en vez
de convencer lo que generan es risa. El cuento de que el imperialismo es
el culpable de todo lo malo que ocurre en Venezuela no se lo cree nadie.
La agenda de la AN es vista por la gente como de otro mundo.

El chavismo perdió empuje, no tiene más nada que ofrecer. Esa es la
sensación que hay en el país. La existencia de un clima de estancamiento
no significa que ya el mandado está hecho para la oposición. Las masas
no quieren más confrontación, tampoco volver al pasado. Aspiran a una
oferta superior. Exigen que se siga reconociendo a los más pobres como
protagonistas y claman por un nuevo liderazgo que de verdad cumpla.

Bajo ese cuadro, la oposición tiene un enorme compromiso. Las primarias
no pueden ser vistas para expresar revancha o antichavismo. La
oportunidad es para que el país, todos, percibamos en el debate
electoral una oferta de vida mejor a la que hemos tenido hasta ahora. Un
camino para la riqueza y el desarrollo. La gente va a votar en febrero
por aquel candidato que pueda emocionar y unir a la mayor cantidad de
venezolanos. No por quien única y exclusivamente excite el odio contra
Chávez y los suyos.

Las primarias, aunque su desarrollo es lento, van generando las
complicaciones suficientes para generar atención. La oposición necesita
que sean un drama, que emocionen y en ellas se dé una auténtica batalla
por el liderazgo. Capriles Radonski sigue adelante porque no confronta y
luce trabajador. Pablo Pérez subió unos puntos, anda segundo, pero el
cuadro de aliados que se creía lo iba a acompañar ha tardado en
aparecer. En contraste, el gobernador mirandino suma el respaldo de la
Causa R, Podemos, Vanguardia Popular y Henri Falcón.

Ledezma, sin puntos en las encuestas, ha logrado enredarle el asunto en
AD al gobernador zuliano. Bueno, para Henry Ramos y su plan de convertir
a los adecos en el eje de la oposición. Malo para Pablo Pérez que, en su
necesidad de amarrar los votos blancos, puede terminar siendo visto como
el candidato que representa el pasado. Todo este enredo beneficia a
Leopoldo López. Sin embargo, López sigue amarrado a la duda sobre si el
gobierno desconoce o no la decisión de la CIDH.

Para la oposición el adelanto de las elecciones puede resultar positivo.
Entre las primarias y las presidenciales hay tiempo suficiente para
cualquier cosa. Tiene sentido que los gobernadores se elijan en febrero
del 2012. No así los alcaldes. Tendrían que esperar en la nevera 14
meses y eso, en política, es demasiado.

Le convendría a uno que otro partido de esos que aspiran a conseguir la
mayor cantidad de posiciones en su juego de alianzas. No así a los
intereses del país que centra su atención en quien será en nuevo
presidente. Al final todo depende de quién gane en octubre.

http://talcualdigital.com/nota/visor.aspx?id=58717&tipo=AVA

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