Maruja Tarre
Viernes, 23 de septiembre de 2011
Por una parte tenemos la injusticia que se sigue cometiendo en contra de
Leopoldo López y por otra la increíble debilidad ante Guyana y sus
avances en el Esequibo. Ambos casos, aunque parezcan muy disímiles
tienen mucho en común. Una vez más Chávez se muestra implacable en
contra de sus "enemigos" internos y cobarde ante la cesión de nuestra
soberanía
Una vez más Chávez se muestra implacable en contra de sus "enemigos"
Hoy no he logrado decidir sobre el tema de mi artículo, porque han
ocurrido dos acontecimientos bochornosos que me indignan de igual
manera. Por una parte tenemos la injusticia que se sigue cometiendo en
contra de Leopoldo López y por otra la increíble debilidad ante Guyana y
sus avances en el Esequibo.
Durante un breve y brillante momento tuvimos, cuando se supo la
sentencia favorable a Leopoldo en la Corte IDH, una visión de una
Venezuela optimista, encaminada hacia el progreso y la libertad, con una
generación de líderes valientes, preparados, modernos, inteligentes.
Pero de inmediato se movilizó la maquinaria siniestra del régimen,
encabezada por el hombre enfermo, todos unidos para aplastar la
esperanza de un país distinto. La discusión en la AN demostró el cinismo
del régimen y el pánico que sienten ante la posibilidad de un cambio.
El caso del Esequibo me fue explicado por un viejo luchador, Aníbal
Martínez, quien, en el frente Pro Defensa del Petróleo, tiene décadas
batallando por Venezuela y su verdadera soberanía. Chávez inició el
entreguismo frente a Guyana cuando en Georgetown en el 2004 afirmó que
"Ya nadie se acuerda de la reclamación" y que se trata de un pleito,
promovido por el Imperio para dividirnos. Ahora Guyana otorga en
concesiones a varias compañías internacionales, lotes para la
exploración petrolera en toda la zona costanera del área en reclamación
y que además constituye la única salida al Atlántico que tiene Venezuela.
Ambos casos, aunque parezcan muy disímiles tienen mucho en común. Una
vez más Chávez se muestra implacable en contra de sus "enemigos"
internos y cobarde ante la cesión de nuestra soberanía. Una vez más se
trata de despojarnos de nuestra dignidad y de aceptar callados las
tropelías del régimen.
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