Thursday, September 22, 2011

Nada positivo nace de sociedades zombis, donde todo es servilismo y abyecto culto a la personalidad

Sobre Cancún y Varadero

Nada positivo nace de sociedades zombis, donde todo es servilismo y
abyecto culto a la personalidad
ANTONIO A. HERRERA-VAILLANT | EL UNIVERSAL
jueves 22 de septiembre de 2011 12:00 AM

Quince años después del inicio de la dictadura vitalicia de Fidel
Castro, se dio inicio a la altamente desarrollada y globalmente
reconocida ciudad turística de Cancún: a escasas 100 millas de las
costas de Cuba -y tan cerca de ella como Miami.

Lo que hace apenas 40 años no era sino agua, arena y pantanos como los
Everglades floridanos es hoy la rica Riviera Maya, que entre otras
atracciones comprende Cancún, Playa del Carmen, Ixcaret y Cozumel. Le
reporta a México una derrama económica de casi U$D 10 mil millones
anuales, y cientos de miles de empleos productivos.

Es dramático ejemplo de lo que se puede lograr en Latinoamérica cuando
se da una cooperación de buena fe entre gobernantes y la iniciativa privada.

Cancún -y no Miami- es la verdadera respuesta de la América Latina libre
y progresista a la lúgubre isla-prisión de Cuba: porque mucho antes que
Cancún hiciera su aparición en el mapa existió un Varadero, con todo el
potencial que actualmente se desarrolla en la península yucateca.

Contemplar ambas playas dentro de un corto radio del mapa planetario
dramatiza -en toda su extensión- un nuevo contraste que reemplaza
aquella trágica distancia económica, social y cultural que antiguamente
dividía a Berlín Oriental de Berlín Occidental.

Cancún representa todo lo que Varadero pudo ser y no fue. Subraya el
estrepitoso fracaso del nazismo rojo donde quiera que levante su
maléfica cabeza.

A veinte años del nacimiento de Cancún podía uno recorrer las playas de
Varadero -de punta a punta- sin conseguir dónde tomar ni agua ni café.
Mucho menos una Coca-Cola.

Mientras Cancún rivaliza hoy con -y en muchas cosas la supera- Miami
Beach; en Varadero, después de medio siglo de predicar odio y desprecio
por el modelo capitalista, se hacen apurados esfuerzos por crear una
mala copia de este polo del desarrollo hemisférico.

Con el concurso de capitales europeos y sobre las ruinas de
infraestructura de aquel antiguo Varadero que recuerdan los nostálgicos,
se monta un melancólico "apartheid" donde unos pocos cubanos procuran
disimular la sangrienta tragedia que les rodea: como los músicos judíos
en Auschwitz.

Con ventaja de quince años sobre la satrapía que rige la trágica isla,
México consiguió crear -de la nada- un boyante emporio.

Cancún es hoy lacerante prueba del medio siglo de oportunidades perdidas
en la historia de una nación que en su día tuvo grandes aspiraciones de
superación. Hace comprender que nada positivo nace de sociedades zombis,
donde todo es servilismo y abyecto culto a una desquiciada personalidad.

aherreravaillant@gmail.com

http://www.eluniversal.com/2011/09/22/sobre-cancun-y-varadero.shtml

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