Friday, September 9, 2011

Mi respuesta a Hugo Chávez y a su ministro de la Defensa

Mi respuesta a Hugo Chávez y a su ministro de la Defensa
Fernando Ochoa Antich
Viernes, 9 de septiembre de 2011

Ustedes dos están equivocados. Los venezolanos son un pueblo digno y
valiente. No se doblegan ante ninguna amenaza

En las elecciones de 2012 votarán como lo indique su conciencia, pero
estoy seguro que no lo harán por un régimen y un candidato que los ha
decepcionado y engañado. Han sido demasiadas las ilusiones que la
verborrea presidencial les ha creado en sus corazones. En política, no
hay nada más delicado que las decepciones. Los grandes cambios
históricos son siempre impulsados por ese sentimiento. Además, quiero
decirles, para que lo entiendan de una vez por todas, que los miembros
de la Fuerza Armada Nacional conocen perfectamente sus obligaciones
constitucionales y la cumplirán plenamente.

Veamos que fue lo que ustedes se atrevieron a decir para
demostrarles a nuestro pueblo y a nuestra Fuerza Armada, con la
Constitución en la mano, la verdad sobre sus afirmaciones: la
intervención de Hugo Chávez ocurrió, el 7 de agosto, en la entrevista
con José Vicente Rangel, en la Academia Militar. Allí ya hay una primera
inconsistencia. Un recinto, que para los militares es sagrado, aunque el
chavismo lo haya profanado con el slogan "Aquí nació la Revolución
Bolivariana", no debe ser utilizado para emitir declaraciones políticas
como fue esa entrevista. Tampoco es aceptable que en un acto militar un
oficial activo, como es el general Mata, aunque desempeñe el ministerio
de la Defensa, declare sobre un tema político de una manera tan agresiva
y polémica.

En sus declaraciones Hugo Chávez habla del pasado y del
presente. Recuerda los hechos militares del 4 de febrero de 1992 y del
11 de abril de 2002. Intenta, sin lograrlo, presentarlos como actos
heroicos y éticamente admirables. Realmente no fue así. Los militares
venezolanos deben conocer que el 4 de Febrero fue una traición de Hugo
Chávez a sus superiores y a sus subalternos, que violó su juramento de
soldado y condujo a sus subalternos a la muerte. El 11 de abril, lo
reconoce con absoluto descaro, fue una crisis política provocada por él
mismo, sin importarle las trágicas consecuencias que produjo. La
desobediencia militar fue producto de los muertos que generaron los
actos de violencia incitados por la prédica, ordenada desde Miraflores,
de los dirigentes chavista,

Al hablar del presente, como es natural, la entrevista se refiere
a las elecciones presidenciales del año 2012. Hugo Chávez, rechaza la
idea de que el destino de la revolución se va a jugar en esas
elecciones, y ratifica que ese destino sólo se puede consolidar si se
logra fortalecer "la organización y movilización popular, la unidad del
pueblo y la alianza cívico militar". Este último punto es muy curioso.
En realidad, lo que se plantea es una supuesta unión entre la Fuerza
Armada Nacional y el PSUV. Hugo Chávez, olvida con facilidad el
contenido del artículo 328 de la Constitución Nacional, que claramente
establece que la Fuerza Armada "en el cumplimiento de sus funciones,
está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso de persona o
parcialidad política".

Al continuar la entrevista, Hugo Chávez y José Vicente Rangel, en un
bien orquestado plan, insinúan que la oposición desconocerá el triunfo
de Hugo Chávez. Eso no está planteado. La Mesa de la Unidad siempre ha
mantenido que respetará el resultado si es legal y legítimo. Ese es el
quid del asunto. ¿Se puede confiar en un Consejo Nacional Electoral con
una composición de 4 a 1a favor del oficialismo? Definitivamente, no. De
todas maneras, los testigos de la oposición enfrentarán el fraude en
cada mesa electoral y la oposición democrática, con las actas en la mano
y el pueblo en la calle, reclamará el triunfo. Si los resultados no
coinciden, el problema es del gobierno. De lo que si estamos seguros, es
que la Fuerza Armada institucional hará respetar el resultado electoral.

El general Carlos Mata Figueroa, ministro de la Defensa, en un tono
agresivo y desconsiderado se refiere a las anteriores generaciones
militares, sin pensar que el profesionalismo militar en Venezuela tiene
más de cien años. También olvida que esas Fuerzas Armadas, de las cuales
él denigra, eran una de las dos instituciones, en el año de 1998, más
prestigiosas de nuestro país. En todas las encuestas competíamos con la
Iglesia Católica. No creo que eso ocurra ahora. También quiero
recordarle que la Fuerza Armada no le sirve a un gobierno en particular,
sino a la Nación, es decir a todos los ciudadanos. Vincular su destino a
los éxitos y fracasos de un gobierno es un verdadero despropósito. La
Fuerza Armada es una institución del Estado venezolano…

fochoaantich@gmail.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/6052264.asp

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