Thursday, September 15, 2011

Los bastardos de la Cleptocracia

Los bastardos de la Cleptocracia
Filipp Rodríguez Loginova
Jueves, 15 de septiembre de 2011

Recuerden, simpatizantes del gobierno, ustedes están desamparados,
despreciados y burlados. Ustedes son los alienados de Karl Marx, los
hipócritas de José Martí y los desgraciados de Alí Primera

Recolectar con buen sentido común la hiel política nacional nunca fue
tan atractivo como ahora. Con el propósito de despertar aquellas
cuestiones que, por razones estrictamente culturales, yacen aletargadas
en las conciencias individuales, deformando cualquier asociación que de
estas pueda resultar, se ofrece a debate una serie de ideas que deseo
compartir fervientemente.

Aun cuando el inadecuado trato y persecución de la oposición política
fuere una de las características más notables de los regímenes
antidemocráticos, no deja de sorprender el trato del gobierno nacional
hacia los propios adeptos y fieles. Si nos detenemos a pensar un momento
en esta realidad, podremos darnos cuenta que si bien en las filas de los
adversarios del Chavismo un descontento casi incontrolable esta llegando
a su clímax, las masas pro-gobierno asoman el mismo descontento sólo que
de distinta manera, más pausada, aunque no por ello menos significativa.

Comencemos aclarando que una condición semejante es producto de la
profunda polarización política, creada y alimentada por el propio
gobierno nacional, el cual, aprovechando el resentimiento, la
intolerancia y la reinante terquedad de la viveza criolla imprimió el
carácter "irreconciliable" a las diferentes posturas políticas en
Venezuela. Con ello, y desde un principio, se manipuló a los partidarios
del chavismo para que no les fuera tan difícil desprenderse de este,
como reconocer su colosal fracaso en todos sus propuestas, tomando en
cuenta tanto a las reales y de primera necesidad, como a las más
descabelladas, inverosímiles y hasta hilarantes.

Al chavismo lo engorda la adulación, y la adulación se infla de
espejismos. Esta es la razón del por qué los aduladores siempre merodean
frustrados. Sin embargo, pasado el tiempo y habiendo encontrado su
condición contraproducente, incontables "simpatizantes" del régimen ya
se han dado cuenta de la verdad, que los oprime más que a nadie, pero
apenados del error muchos no lo reconocen y aun peor, van en contra de
su voluntad, deambulando en el circulo vicioso creado por su propio
líder y su instaurada Cleptocracia.

Con mucha razón los términos "participativa" y "protagónica" tuvieron
tanto éxito en la justificación oficialista del déficit gerencial del
Estado nacional. Pues cuando se auto-gestiona a nadie se debe culpar más
que al propio pueblo por los resultados catastróficos que son imposibles
de ocultar. Asumiendo esto, el propio pueblo creó la anarquía que lo
arrastró hacia las profundas aguas de la incertidumbre. Buena excusa de
los truhanes que "los representan". El gobierno tiene un rebaño
incontable de chivos expiatorios y los sacrifica a diario.

Los chavistas andan desamparados. ¿Quién alguna vez no se llevo la mano
a la frente avergonzado de la sinvergüenza de los infames custodios?
Aquellas personas que de manera tragicómica sirvieron de vigilantes
gratuitos de los terrenos que pasaban, impulsados por el chantaje y en
transacciones silenciosas, a manos de los nuevos terratenientes
bolivarianos, quienes ni en broma habrían de responder a los necesitados
de la revolución. ¿Quién no se ha conmovido viendo invadidas miles y
miles de hectáreas en todo el país por personas que apenas escapan de la
intemperie gracias a unas cuantas hojalatas y cartón? ¿Cómo solucionó el
gobierno nacional el problema de la vivienda? Permitiendo, y peor aun,
impulsando la invasión para luego colgar un afiche de "misión cumplida"
entre los senderos polvorientos de los refugios tambaleantes sin
sistemas sanitarios de evacuación. El pueblo lo hizo posible. ¡Que siga
la revolución!

La tormenta de la inseguridad recorre el país sin pausa. Habría que
recordar las palabras de Ramón Rodríguez Chacín, ministro del Interior y
Justicia hasta el año 2008, quien indicó que la alarmante cantidad de
asesinatos se debían a ajustes de cuenta entre delincuentes y mientras
ellos se asesinaban entre sí no había problema alguno. No podemos
olvidar que en materia de seguridad el gobierno no sólo ha fracasado
sino que es el responsable del terror que vive día a día el pueblo
azotado por el hampa, que no distingue colores ni camisetas.

Para zafarse de la acción administrativa que demanda la
descentralización, el gobierno le entrego al pueblo los consejos
comunales y otorgándole potestades se desembarazó de sus obligaciones y
acto seguido, los culpo a ustedes, fieles de la revolución, por la
inefable confusión que reinó de inmediato.

Combatir la corrupción, que no prescribe – al menos hasta que el asunto
se considere en la Asamblea Nacional – es una tarea a la cual el
gobierno no debe ni acercarse. Teniendo en cuenta el pavor que las
Fuerzas Armadas Nacionales – caprichosas y volátiles – despiertan en el
líder de esta Cleptocracia, se optó por castigar al pueblo. El flagelo
al pueblo tachirense, incomodando al ciudadano con el polémico chip para
cargar en las estaciones de servicio o TAG, fue más viable que incomodar
a la Guardia Nacional Bolivariana hurgando en los orígenes del
contrabando de la gasolina nacional a Colombia, muy por el contrario se
incremento el sueldo de sus efectivos.

Reequipar y restaurar grandes centros hospitalarios es una posibilidad
tan remota en las cabezas del gobierno, que se optó por un sistema
nacional ambulatorio, sustentable y endógeno, que disimuló millardos
destinados a propósitos más personales. Y mientras los hospitales
colapsan, muchos de los nombrados ambulatorios han cerrado por falta de
mantenimiento y administración a pesar del clamor popular que el
presidente ha sabido ahogar, vertiendo promesas de un centro diagnostico
y de tratamiento del cáncer. Mofándose abiertamente de sus seguidores y
partidarios.

Es igualmente intolerable que un valor como el racionamiento de los
recursos, sea la premisa de la negligencia administrativa del gobierno
nacional. Y a menos que ustedes, simpatizantes del gobierno, estén
dotados de visión nocturna o de la estructura genética de los
champiñones, también padecen y hasta peor los apagones y sus
consecuencias, puesto que ese látigo lo empuña su padre ideológico, su
querido líder, que les teme y les desprecia aun más que a sus declarados
enemigos. Piensen un momento y entiendan – simpatizantes del gobierno –
que si alguna vez hubo cierta consideración gubernamental hacia el
grueso del colectivo nacional, falló. Y si alguna consideración, por
razones estrictamente políticas, tuvo a ustedes como único objetivo,
fueron burlados.

¿Para qué mencionar la infraestructura nacional? Cualquier intento de
modernización es sospechoso… y condenado el camarada que ejemplifique
con otros países en donde el acceso y vialidad es tema prioritario.
Cuidado también el camarada que viaje y conozca, ustedes están alienados
de ese derecho y sus líderes los facturaran apoyados por el
resentimiento de los restantes, que tanto quisieran pero no pueden.
Ustedes camaradas, simpatizantes del proceso, intercambian castigos y
desprecio por lealtad y confianza. Ustedes camaradas, padecen una de las
más altas inflaciones del mundo al igual que todos los demás
venezolanos, pero en su afán de conservar su poca razón lo callan, lo
niegan o peor aún, lo justifican.

Recuerden, simpatizantes del gobierno, ustedes están desamparados,
despreciados y burlados. Ustedes son los alienados de Karl Marx, los
hipócritas de José Martí y los desgraciados de Alí Primera. Los invito a
observar a su alrededor y les deseo la fuerza para aceptar lo que
observen. Porque al igual que a todos, es muy probable que no sea el
futuro lo que les espere a la vuelta de la esquina.


Pueblo Despierta!

Centro de Investigaciones de Política Comparada (CIPCOM) ULA – Mérida

filipprl@ula.ve

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/1517245.asp

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