Alfredo Cilento Sarli
Viernes, 9 de septiembre de 2011
Planificación territorial y urbana, vivienda, escuelas y hospitales,
infraestructura vial y de transporte, servicios públicos y violencia
cotidiana son áreas donde la ineficiencia y corrupción del régimen
milico-cubano agreden alevosamente a los venezolanos, como se puede
constatar, minuto a minuto, en las calles de las ciudades y en las
carreteras y autopistas del país. Desde el caos generado con las
guerras de independencia hasta la devastación de la guerra federal,
nunca se había sufrido una situación tal de abandono del territorio. Hay
que cambiar.
El cambio pasa por implantar una política económica centrada en el
combate a la inflación, que afecta dramáticamente a los más pobres, y la
creación de fuentes de trabajo permanentes, no basadas en el empleo
temporal e informal y en "misiones" coyunturales, que nacen y mueren sin
aviso y con protesto.
Por la urgencia de desterrar el populismo militar centralista, y
encender el motor para generar condiciones para la inversión externa y
el regreso de capitales nacionales; abandonando el actual proceso de
desnacionalización, basado en el otorgamiento de oscuros contratos y
concesiones a empresas extranjeras de los "países amigos", cuyos
términos de contratación y de transferencia tecnológica son el misterio
necesario para reforzar la corrupción.
Por la necesidad de dar garantías para la inversión y el desarrollo del
sector privado productivo. Por respetar religiosamente la independencia
de los poderes y la seguridad jurídica, para restituir la confianza
demolida por la discrecionalidad del régimen. Lo que implica
prioritariamente el combate a la delincuencia común y de alto nivel, el
desarme de la población, la contundente promoción de las reglas y
prácticas de convivencia ciudadana y el respeto irrestricto a la
disidencia. No puede haber cambio sino se rompe la inequidad que impera,
desde el inicio de la República, en la gestión de los fondos públicos y
en el ordenamiento jurídico del país. Equidad, ética, decencia, respeto
al ciudadano y al ambiente, son valores que deben estar presentes en
todas las actuaciones del Poder Público.
Por la urgencia de instrumentar un nuevo y efectivo Programa de
Descentralización Democrática y Transferencia de Competencias del Poder
Nacional a las Gobernaciones y Alcaldías y, progresivamente, a las
propias comunidades; que abarque una descentralización fiscal y
financiera que refuerce el papel de las autoridades regionales y locales
en el desarrollo del país.
Por la restitución del pleno respeto a la Constitución y el destierro de
las invasiones, incautaciones y apropiaciones compulsivas de empresas,
terrenos, edificaciones, maquinarias y productos, amparadas en una
enclenque e improvisada estructura legal anticonstitucional. Queda claro
que el proceso destructivo no debe continuar, porque si esta gente lo ha
hecho muy mal, todavía tienen la capacidad y recursos para hacerlo peor.
Por eso la urgencia de cambiar.
Videos del Acuerdo Social
Se encuentran disponibles en nuestra sección en YouTube:
http://www.youtube.com/acuerdosocial
Allí encontrarán videos sobre empleo, desigualdad, educación, salud,
Constitución de 1999.
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