Friday, September 23, 2011

La transición 2012-13

La transición 2012-13
Orlando Ochoa P
Viernes, 23 de septiembre de 2011

Las instituciones políticas, económicas y sociales, requieren ser
revisadas en su organización y eficacia para cumplir sus objetivos.
Bajar la inflación al 4-5% anual, permitiría elevar remuneraciones reales

Las circunstancias que vive Venezuela ahora no son buenas y esto es
evidente tanto para los oficialistas como para los opositores. La
bajísima calidad de la gestión de gobierno en salud, seguridad pública,
servicios de electricidad y agua, le hace daño a la vida diaria del
venezolano; el mantenimiento de escuelas, infraestructura vial,
aeroportuaria y de puertos es tan deficiente que pareciera que faltaran
recursos públicos, cuando en realidad los presupuestos nacionales y
fondos extra-presupuestarios de los últimos 6 años superan casi 4 a 1 en
promedio los recursos manejados por la administración anterior de Rafael
Caldera.

Si se agrega la situación financiera deficitaria de las empresas
públicas, sean las tradicionales de petróleo, aluminio, hierro,
petroquímica, etc. o las estatizadas bajo el plan socialista 2007-12,
como cemento, acero, eléctricas, agrícolas, los resultados son
equivalentes: deterioro de capacidad operativa y tecnológica por poca
inversión y mínimo mantenimiento (aunque hay grandes contratos sin
licitación), salida de muchos de los más capaces profesionales, técnicos
y trabajadores, para dar espacio operadores partidistas que llegan usar
las nóminas para redes clientelares y sus familiares. Todo hecho con
impunidad y comprensión de la élite "revolucionaria".

Consideremos la inflación cercana al 30% (represada por controles y
subsidios), la corrupción propagada en aprovechar el diferencial
cambiario de Cadivi y Sitme; y las remuneraciones reales del sector
público y privado erosionadas por la inflación; tenemos así una
situación que exigirá pronto o una transición hacia la recuperación o
hacia la protesta y descontento social desbordado.

Las instituciones políticas, económicas y sociales, requieren ser
revisadas en su organización y eficacia para cumplir sus objetivos.
Bajar la inflación al 4-5% anual, permitiría elevar remuneraciones
reales y la calidad del Estado en sus gastos sociales y de inversión;
también tener un régimen cambiario estable y actividad económica
floreciente con generación de empleos. Sin embargo, todas estas
acciones, las cuales solemos ver aisladamente, tienen mayor posibilidad
de éxito bajo una única estrategia de desarrollo con cambios
institucionales, económicos, sociales y petroleros. Estos, a su vez,
exigen un cambio político sincero con visión, que tome forma en 2012-13.
Esta es la verdadera transición democrática que necesitamos.

ochoap@gmail.com

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/8832061.asp

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