Thursday, September 15, 2011

A fundir las armas de tu conciencia

A fundir las armas de tu conciencia
Santiago Quintero
Jueves, 15 de septiembre de 2011

La Revolución debe desarmarse. Debe valientemente solicitarles las armas
a los milicianos y los hampones y fundirlas en una gran pira pública. Se
lo exige la Sociedad Civil de Venezuela. Se lo exige el Pueblo Venezolano

La existencia de un arma es la garantía de una muerte segura. Si vive el
arma, entonces vive la muerte de la vida. ¿Por qué nos cuesta tanto no
comprar el arma e invertir ese dinero en salud, en trabajo, en
alimentos, en educación, en investigación, en vialidad, en energía
eléctrica, en agua potable, en saneamiento ambiental? ¿Por qué el dinero
de los venezolanos se gasta y malbarata en el chorro de la violencia
desenfrenada que desangra en el pais la vida de los más jóvenes? ¿Qué
nos importan las armas que dejó de vender la extinta Unión Soviética,
las que dispararon los talibanes para asesinar niños y castrar mujeres
en Afganistán?!!Qué nos importa la Revolución!!, si ésta no es capaz de
defender la vida y tener el valor de recoger las armas que dió a tanto
miliciano para que las entregara al delincuente por dinero? ¿Por qué
ahora pasa por Venezuela el cincuenta por ciento de la droga que llega a
Europa? ¿De donde viene el dinero de la opulenta Revolución? ¿Por qué a
la Revolución le importa más la seguridad de Gadaffi que la de los miles
de venezolanos que mueren derramando su sangre en el pavimento de la
incomprensión y nulidad política? Estos revolucionarios son muy
pequeños e incompetentes, les falta la grandeza de los sabios para
admitir errores y la humildad para aprender y cooperar con quienes
deban hacerlo para frenar a la muerte. Son los únicos que creen que ésta
es buena socia, que el crimen si paga.

La Revolución debe desarmarse. Debe valientemente solicitarles
las armas a los milicianos y los hampones y fundirlas en una gran pira
pública. Se lo exige la Sociedad Civil de Venezuela. Se lo exige el
Pueblo Venezolano. Debe entregarlas a los trabajadores de Guayana para
que las fundan en sus hornos y crisoles y el metal original recupere la
dignidad que perdió cuando lo convirtieron en armas. Con el dinero que
se ahorre en la compra de armas, habrá recursos para la discusión de los
contratos colectivos de los trabajadores que las fundan.

Yo propongo que se canjeen las armas por bolsas de comida. Yo
propongo que se canjeen las armas y las drogas por viviendas, por
trabajos, por libros, por cosas útiles. Yo propongo que se canjee la
violencia por salud. Y la incitación al combate y a la pelea por la
invitación a la cooperación. No queremos guapetones de barrio como
líderes porque con ellos no se progresa, se pierde lo poco que se tiene,
son incapaces de hacer avanzar a sus pueblos. Yo propongo que los odios
se transformen en perdón y las culpas en oportunidades de enmienda. Pero
paremos por favor la matanza en Venezuela. Este es el único Estado que
sonríe cuando sus calles se llenan de muertos. ¿Hasta cuando te sirve a
Tí ser revolucionario cuando pierdes un familiar en manos del hampa
desatada, cuando te enfermas y nadie te atiende, cuando te quedas sin
trabajo y nadie te da la mano, cuando tus hijos te piden ayuda y no
puedes hacerlo porque no puedes ayudarte a ti mismo? ¿Hasta cuando
Guayana, hasta cuando? ¿Hasta cuando Aragua, Barinas, hasta cuando?

Nadie sino Tú sentirás el dolor de no haber cambiado la
Revolución por la prosperidad de tus hijos. Créeme, no vale la pena
acompañar a una Revolución que te pide no contar los muertos que pudiste
haber salvado con tu voto. Por eso, hay que fundir las armas para que
tus hijos vivan en paz. Eso es posible, si primero lo entiende tu
consciencia.

santiagoquintero@gmail.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/6126036.asp

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