Frenazo automotriz
Regulación vuelca a la industria automotriz. La crisis que enfrenta el
sector ensamblador se agudizará con la imposición de la rentabilidad.
Esta semana el Gobierno discutirá el costo de producción con los
fabricantes. Las limitaciones al negocio automotor desembocarían en una
paralización definitiva de esta actividad.
LUISA BENAVIDES
Las múltiples dificultades que viene enfrentando la industria automotriz
venezolana ha debilitado la producción de vehículos año tras año, por lo
que el reciente anuncio de regular los márgenes de rentabilidad de los
fabricantes podría significar la estocada final al deprimido sector
automovilístico.
Será este miércoles cuando los representantes de las distintas
ensambladoras que operan en el país se reunirán con el ministro de
Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, Ricardo Menéndez, para
consignar sus estructuras de costos para que el Gobierno fije los
distintos precios a los que serán comercializadas las unidades.
Pero esta nueva regulación podría implicar un frenazo a las operaciones
de los fabricantes de vehículos. La Cámara Automotriz de Venezuela
(Cavenez) señaló recientemente que las ensambladoras nacionales se
encuentran atravesando una situación crítica, al punto de que algunas
han tenido que paralizar sus operaciones o reducir su nivel de actividad
productiva a niveles incluso inferior al 50% de su capacidad instalada y
de su producción efectiva reciente.
"Una nueva regulación, este vez con alcance sobre los márgenes de
rentabilidad de las ensambladoras, sería nefasto para el sector y podría
desembocar en una paralización definitiva de esta actividad económica
industrial", expuso la directiva de la Cámara.
Ante la posibilidad de que se produzca una caída más pronunciada del
ensamblaje de vehículos en el país, el gremio alertó que debería
resguardarse que los fabricantes continúen ejerciendo su determinación
de márgenes y simplemente instrumentarse el respeto de los precios de
venta sugeridos aguas abajo.
"Para que se cumpla lo anterior no se requiere de una ley nueva, sino
instrumentar la vigente Ley de Defensa de las Personas al Acceso a los
Bienes y Servicios, a través de una resolución ministerial", expreso el
estudio publicado.
NORMATIVAS INVIABLES
Cavenez explicó que el modelo de negocio del sector automotriz se
encuentra caracterizado por dos elementos fundamentales que deben ser
ponderados previamente ante cualquier propuesta de regulación del
sector. "Primero, esta es una industria verticalmente desintegrada, lo
que implica que las ensambladoras y los concesionarios son agentes
económicos independientes, sin relación accionaria alguna".
Esto implica que en la medida que ciertos concesionarios desplieguen
alguna conducta abusiva vía precios en contra de los consumidores, no
sólo estos últimos saldrán lesionados, sino también la marca, la
ensambladora, su reputación y posicionamiento. En este sentido, el
gremio recordó que se encuentra en el interés de los concesionarios que
los márgenes de rentabilidad sean aquellos que garanticen a la red
comercial operar eficientemente, sin que se lesione a los consumidores
finales.
"La segunda característica es que la industria es un sector portafolio
que ensambla vehículos para atender distintos segmentos del mercado",
por lo que los fabricantes despliegan estrategias de diferenciación de
precios y márgenes para subsidiar los segmentos destinados a los
consumidores con menores capacidades de pago, permitiendo expandir la
producción, amortizando y promediando más rápidamente los costos fijos y
explotando economías de escala, característica de la industria automotriz.
Cavenez alertó que trastocar tal modelo y naturaleza del negocio
lesionaría principalmente a aquellos segmentos dirigidos a las personas
con menor capacidad de pago.
PRODUCCIÓN EN PICADA
Según las estadísticas que maneja Cavenez, de enero a agosto de 2011 se
ensamblaron 69.628 unidades en el país, lo que se traduce en una caída
de 2,92% con respecto al mismo período de 2010 cuando se fabricaron
71.723 vehículos.
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