Monday, September 12, 2011

¿El plan Chávez?: ¡la sobreadaptación!

¿El plan Chávez?: ¡la sobreadaptación!
MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL
lunes 12 de septiembre de 2011 11:48 AM

Sería tonto desconocer que la inconformidad social que existía en la
década de los noventa estimuló el ascenso al poder de alguien que había
sido condenado por encabezar un golpe de Estado contra un gobierno
legítimo nacido de elecciones democráticas. Todo revelaba que cualquiera
otro, con algo de carisma, populista, que denigrara de la tradicional
democracia instituida a partir de 1958, sería electo presidente en las
elecciones de 1998. Ya, antes, el doctor Rafael Caldera, veterano
político, había percibido cómo se había irradiado un sentimiento de
cansancio contra el status quo de entonces. De allí que decidiera marcar
distancia con los partidos políticos tradicionales; hasta con el que él
había fundado.

Caldera en emotivo discurso que diera en sesión conjunta del Congreso en
1992, después del golpe encabezado por Chávez, expresó: "Es difícil
pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y por la democracia,
cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de
comer y de impedir el alza exorbitante en los costos de la subsistencia,
cuando no ha sido capaz de poner un coto definitivo al morbo terrible de
la corrupción, que a los ojos de todo el mundo está consumiendo todos
los días la institucionalidad"... No obstante ello funda otro partido
(Convergencia) y, con consignas similares y una enorme abstención del
40%, logra ganar las elecciones de 1993 con apenas 1.710.722 votos, de
los cuales 754.169 fueron del Partido Comunista, en un registro
electoral de 9.688.795 votantes.

¿A qué viene la referencia? El sentimiento antipartido se intensificó a
tal punto que lleva a la presidencia a un exgolpista militar de talante
autocrático y enemigo de la diversidad democrática. Trece años en la
presidencia así lo evidencia. Parte del pueblo cayó en la trampa
dejándose seducir por una entelequia que ha insolventado a la República
no sólo desde el punto moral sino material. La ejecutoria de tan sólo 2
años del peor gobierno de la mal llamada cuarta república supera con
creces la supuesta gestión revolucionaria de 13 años del actual régimen
falsario que malgasta el erario de la nación en pro de un ideal personal
vetusto e insolente. En la medida que la añagaza populista se instituye
como política de Estado, en esa misma proporción se incrementa la
pauperización del pueblo. Los oficialistas están convencidos que el plan
pro conformismo marcha a la perfección.

En política se entiende el conformismo como una conducta según la cual
el individuo en particular se identifica con metas culturales de grupos
específicos o, peor, de los dominantes sin impugnarlas ni calificarlas.
El paso siguiente, como funestamente sucedió en Cuba, es la
sobreadaptación a lo que sea. El pueblo cubano padece del síndrome de
adaptación pernicioso. Allá nada está mal y todo el mundo es feliz.

¿Y cuál es el plan para Venezuela? Escasez, inseguridad, carestía,
delincuencia, corrupción, insalubridad, hambre, represión, miseria,
inflación, epidemias, sombras, son algunos de los agentes dominantes de
los cuales el régimen se desentiende para luego asumir el control de las
ruinas y posesionarse de la totalidad del perfil social degradado.
Afortunadamente el plan está haciendo aguas. Basta observar las
múltiples protestas colectivas diarias buscando reivindicaciones para
corroborar el derrumbamiento del conformismo.

Aun en sociedades agrietadas, como en parte ha logrado Chávez agrietar
la nuestra, la meta de la mayoría sigue siendo la misma: abrirse por sí
mismo todo el camino posible no sólo para asumir los valores aprendidos
sino, a la vez, representarlos. Ese es el modelo de adaptación por el
que las democracias de países desarrollados se desviven por encarnar.
Todos los tejidos sociales ordenados, aun los autodenominados marxistas,
están estratificados. En los altamente industrializados, y en los que no
también, se distinguen tres estratos: superior, medio e inferior. Nunca
han estado claras las líneas de separación entre ellas. Sin embargo el
régimen pretende demarcarlas a su antojo. ¿Es que acaso no se percibe un
clasismo exacerbado en esta revolución fruslera? ¡No a la
sobreadaptación; sí a la libertad individual!

miguelbm@movistar.net.ve

http://www.eluniversal.com/2011/09/12/el-plan-chavez-la-sobreadaptacion.shtml

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