Friday, September 16, 2011

El chavismo a la oposición

El chavismo a la oposición
Teodoro Petkoff
Viernes, 16 de septiembre de 2011

Bien, ya el CNE fijó la fecha de vencimiento del gobierno de Hugo
Chávez. Su cuarto de hora se acaba el 7 de octubre del año próximo

"Un pase de facturas generalizado.."

Derrotar a Chávez ya luce política y matemáticamente posible, y lo será
aún más mientras más nos acerquemos a la fecha de las elecciones. Lo
decíamos ayer. El gobierno vive su peor hora y sus adversarios la mejor.
Todo apunta hacia la derrota del oficialismo. Pero esto plantea un
problema de la mayor envergadura, por el cual es necesario pasearse con
mucha serenidad.

La alternativa democrática va a ganar unas elecciones, no un golpe de
Estado, y por tanto aquéllas arrojarán un resultado democrático: tanto
un nuevo gobierno como una nueva oposición. El chavismo no va a
desaparecer sino que pasará a la oposición y desde luego deberá ser
reconocido y respetado de manera muy distinta a como aquél lo ha hecho
con sus actuales opositores. Pero esa nueva oposición contará, en
principio y quién sabe por cuánto tiempo, con el control del Parlamento,
del Poder Judicial, de la Fiscalía, la Contraloría, la Defensoría del
Pueblo, el CNE y la FAN.Contará con un partido que, aun vencido,
continuará siendo, individualmente, el más grande del país, todavía con
un grado apreciable de respaldo popular y como colofón, con el liderazgo
de Hugo Chávez, si es que la naturaleza no dispone otra cosa.

El nuevo gobierno sólo contará con el Ejecutivo.

No es difícil apreciar que la transición desde un régimen autoritario,
autocrático y militarista a la democracia se hará a través de un camino
escabroso y culebrero. No es, ni puede ser, como algunos imaginan, un
pase de facturas generalizado. Se necesitará mucha mano izquierda, mucha
paciencia y mucha tolerancia. Como han sido las transiciones en otras
partes del mundo.

Basta recordar varios casos paradigmáticos. En Chile, Pinochet salió de
la presidencia a la comandancia de las Fuerzas Armadas y a una senaduría
vitalicia. Años pasaron antes de que la intervención del juez Garzón
hiciera posible acelerar el proceso de desmantelamiento del
pinochetismo. En España la transición fue negociada durante varios años
entre el propio franquismo con los comunistas y los socialistas. En
Nicaragua, el ministro de la Defensa de Daniel Ortega, su hermano
Humberto, pasó a ser el ministro de la Defensa de la presidente Violeta
Chamorro.

En los antiguos países comunistas, el tránsito del totalitarismo a la
democracia fue pactado entre los comunistas y sus adversarios, a través
de procesos electorales. Como vemos, las salidas democráticas a
situaciones no democráticas imponen un conjunto de condiciones atinentes
a la correlación de fuerzas entre los distintos sectores y a la
intención de impedir toda situación violenta, que pudiera llegar, si no
se maneja bien, hasta la propia guerra civil. Una transición producto de
un proceso democrático debe garantizar los derechos de sus opositores,
aun si éstos, como pudiera ser previsible en el caso del chavismo, se
comportaran en la oposición con la misma desconsideración hacia el país
y hacia el nuevo gobierno como lo han hecho desde hace casi catorce años
con sus opositores. Afortunadamente, en la Mesa Democrática ninguno de
sus integrantes está pensando en el postchavismo en términos de venganza
y retaliación, sino en la necesidad de satisfacer una vasta aspiración
nacional al cese de la camorra permanente y al retorno de una relación
civilizada entre los factores políticos.

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/5489196.asp

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