Wednesday, September 14, 2011

Dos enfermos y un destino

Dos enfermos y un destino
ALEXANDER CAMBERO | EL UNIVERSAL
miércoles 14 de septiembre de 2011 03:04 PM

Sus ideas tienen el carcinoma de los siglos. Se mueren las proclamas del
socialismo inhumano, mientras las enfermedades hacen estragos en los
organismos de los sátrapas de Venezuela y Cuba. Curiosamente sus
intentonas de perpetuarse en el poder sufren la contingencia de procesos
de salud que complican sus intereses hegemónicos. Como si se tratase de
una guerra planificaba por el imperio, ambos cayeron casi en sucesión y
son pacientes con diagnósticos reservados. Sus aprietos no vienen de un
teledirigido norteamericano indetectable por los anticuados radares
rusos, su dura realidad está dentro del mismo cuerpo como un obstáculo
que tienen que superar.

Dos convalecientes conectados por una relación frenética de lealtad e
insaciables intereses; queriendo imponer un modelo que cabalgue sobre la
vida de millones de inocentes, pero que sirva de combustible para el
viejo comunismo fracasado de siempre. Sin embargo, la situación se
complica para ambos, no es solo sus dificultades para gozar de una salud
que garantice la plenitud de las facultades, es la turbulencia política
que comienza a erosionar la base de sustentación de sus
administraciones. En Cuba se multiplican las protestas populares con una
creatividad que sorprende, los ciudadanos comienzan a perder el miedo
pasándole por encima a la sanguinaria represión del Estado policial con
sus oscuros métodos de intimidación. Después de cincuenta y dos años, la
Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, salió en procesión ante
el jolgorio de una multitud que asumió la actividad religiosa como el
retorno a la libertad, ya el régimen no tiene capacidad para prohibir
nada y su rumbo va camino al despeñadero de las ánimas. Mientras Fidel
Castro recorre senderos en donde se multiplican las dificultades, el
pueblo caribeño enciende una luz de esperanza que crece con el correr de
los días. Es la democracia retomando bríos para ir en la búsqueda de un
sistema que garantice oportunidad para todos, sin represiones e
imposiciones de modelos totalitarios. Está muy cerca el cambio de rumbo
para la antilla mayor. En Venezuela ocurre lo mismo, el ciudadano común
se cansó de creerles a los estafadores de su porvenir. Son innumerables
las protestas que en todos los ámbitos ocurren en la nación, son más de
doce años escuchando las mismas peroratas envenenadas en donde todos son
culpables menos aquellos que se han robado los dineros de todos. Si
viviésemos en un país en donde funcionasen las instituciones las
cárceles estarían saturadas de tanto hampón con carnet político; los
tribunales no descansarían ni los domingos para juzgar a todos aquellos
que han dilapidado uno de los recursos económicos más grandes del mundo.
Faltarían penales para la gran cantidad de maleantes que andan arrasando
hasta con los ceniceros de los ministerios; únicamente el silencio
cómplice de aquellos obligados a poner correctivos, hace que estos
tengan toda las facilidades para malversar a sus anchas.

Son dos enfermos que soportan graves dificultades físicas y políticas.
En sus almas atormentadas se funden dramas como peligrosa señal. Su
idílico proceso revolucionario sufre de un tumor maligno con
irreversibles consecuencias. El destino mostrará otro rostro que haga
olvidar a semejantes maestros de la intriga. La libertad asume su papel
ductor para llevarnos al camino de la democracia.

alexandercambero@hotmail.com
twitter @alecambero

http://www.eluniversal.com/2011/09/14/dos-enfermos-y-un-destino.shtml

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