Saturday, September 10, 2011

Crónicas Bolivarianas

Crónicas Bolivarianas
Jesús Urdaneta Hernández
Sábado, 10 de septiembre de 2011

Lo cierto, es que todos los días nos levantamos sorprendidos con algún
nuevo exabrupto. Todos los días vulneran más y más nuestros derechos y
se burlan de nosotros. Y todos los días aguantamos esa burla, esa
indolencia, ese descaro, ese desprecio


Veintidós millones de dólares a Gambia para ayudar a su sistema
eléctrico, mientras el nuestro está colapsado. Diez millones más a un
hospital extranjero, mientras nuestros niños se mueren por falta de
recursos. Ambulancias y fuertes militares donados a Bolivia, casas a los
cubanos y hasta petróleo gratis a los londinenses para que pasen mejor
el invierno. Viajes presidenciales con enormes comitivas innecesarias y
parásitas que cuestan una fortuna porque además llegan a los mejores
hoteles y a las más lujosas y fastuosas suites. Lo anterior es tan solo
una pequeñísima muestra de las acciones del Gobierno, a las que vale la
pena agregar los por lo menos 400 millones de dólares que costará la
inútil tarea de traer el oro venezolano al País. Inútil para los
sensatos, para nosotros, pero para la Revolución será una estupenda
oportunidad, al punto de que son capaces de extraerlo ilícitamente,
lingote por lingote para aumentar las arcas de más de algún boliburgués.

Así, mientras el hampa se desborda por los cuatro costados del País y el
Gobierno libera de manera irresponsable a muchos presos, sin resolver
para nada el problema penitenciario y las policías no poseen los equipos
mínimos indispensables para poder realizar su labor, el presidente
cuenta con 5.000 funcionarios para su resguardo personal. Por su parte,
el Ministro de Interior y Justicia, amenaza a las autoridades regionales
casualmente de oposición, con quitarles sus policías ("olvidando" que el
Municipio Libertador en Caracas presenta el mayor índice delictual) ,
tiene el descaro de hablar de incompetencia, cuando este Gobierno es el
soberano absoluto e indiscutible en esa área (que por cierto las abarca
todas) y destilando rencor, resentimiento y odio, afirma que la Policía
Nacional fue creada "para brindar seguridad al pueblo y no para la
burguesía". Ahora bien, pueblo somos todos: ricos, pobres, no tan ricos,
no tan pobres, obreros, trabajadores, profesionales, hombres, mujeres,
jóvenes, viejos; pero si se está refiriendo al pueblo llano, a ese que
denominamos "de a pie", es precisamente ese pueblo quien padece
directamente la criminalidad más violenta.

Este breve recuento de la semana, al que por supuesto hay que añadir, el
reconocimiento público del presidente, de la culpa ante la crisis
energética toda vez que ya no son ni El Niño, ni La Niña, ni la Iguana,
los responsables de la misma, sino el gobierno que no invirtió, no se
ocupó y cuando lo hizo lo hizo mal, es tan sólo un episodio más de lo
que se ha convertido nuestra vida en Venezuela. La semana que viene,
desafortunadamente vendrán nuevos abusos, nuevas afrentas, nuevos
desmanes, comenzando seguramente con el desconocimiento que hará el
Régimen de la sentencia que dicte la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, a favor de Leopoldo López, lo cual no será la primera vez que
ocurra. Ya con el caso de los magistrados de la extinta Corte Primera de
lo Contencioso Administrativo (la denominada Cortecita) pasó algo
similar. El Tribunal falló a su favor y el Estado desconoció la
sentencia, aduciendo demagógicas y absurdas razones de soberanía,
carentes de asidero alguno. Por el contrario, es la propia Constitución
de la República en su artículo 23 la que establece que los tratados,
pactos y convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y
ratificados por Venezuela tienen jerarquía constitucional y prevalecen
en el orden interno y son de aplicación inmediata y directa por los
tribunales y demás órganos del Poder Público. Por lo demás, si
desconocen la autoridad de la mencionada Corte para qué se constituyeron
en parte de un juicio ante el cual actuaron con todas las garantías del
debido proceso? Lo que ocurre, es que lo excepcional sería que este
Régimen reconociera los derechos de los ciudadanos y que imperara el
estado de Derecho, porque mientras este gobierno siga en el poder ello
no es posible.

Lo cierto, es que todos los días nos levantamos sorprendidos con algún
nuevo exabrupto. Todos los días vulneran más y más nuestros derechos y
se burlan de nosotros. Y todos los días aguantamos esa burla, esa
indolencia, ese descaro, ese desprecio. Y todas las noches nos acostamos
preguntándonos cómo hemos podido llegar a esto y cómo permitimos que
sigan en sus desmanes de la manera más impune, desvergonzada y cínica. Y
esto es lo verdaderamente preocupante. Los venezolanos estamos perdiendo
el respeto por nosotros mismos y soportamos resignadamente todos los
atropellos a los que nos someten. Debemos reclamar nuestros derechos y
exigir nuestras libertades. Debemos poner fin a los abusos y establecer
responsabilidades. Debemos tener y ejercer conciencia cívica. No somos
borregos ni miserables. Somos un pueblo digno que merece respeto. Pero
nos lo tenemos que ganar y sólo plantándonos firmemente podremos
recuperar nuestra dignidad. Mientras sigan en el poder debemos hacer que
nos respeten. El tiempo se acabó, y estos tiranos traidores que han
vendido la Patria y nos han humillado hasta lo impensable tendrán que
responder por sus desmanes. Digamos ya basta! Llegó la hora de la
dignidad nacional.


jesusurdanetah@gmail.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/4445652.asp

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