Thursday, September 22, 2011

Choros, apátridas y otros miedos

Choros, apátridas y otros miedos
Miércoles, 21 de septiembre de 2011

No deja de sorprender la insistencia por una parte en insultar a Leopoldo López y a Henrique Capriles, y por la otra la escasez de mensajes respecto a las crecientes denuncias del descuido y los errores alarmantes del Presidente y de la Cancillería respecto al reclamo venezolano contra Guyana

Acostumbrados ya los venezolanos a los insultos habituales del presidente Chávez a toda persona o institución que esté en desacuerdo con él, y a que en progresiva gritería esos insultos sean repetidos de inmediato, escaleras abajo, por todos los funcionarios del chavismo, no deja de sorprender la insistencia por una parte en insultar a Leopoldo López y a Henrique Capriles, y por la otra la escasez de mensajes respecto a las crecientes denuncias del descuido y los errores alarmantes del Presidente y de la Cancillería respecto al reclamo venezolano contra Guyana.

Se entiende que el ya impuesto candidato presidencial del PSUV y el chavismo, teman a la oposición porque cada día se muestra más unida, fuerte y directa, y a sus figuras electoralmente predominantes, porque resulta evidente que tienen amplia popularidad, suficiente para enfrentarse de tú a tú con Chávez. Sobre todo, se entiende el temor a la popularidad de figuras jóvenes que han ganado prestigio con sus obras y que por su condición civil, su edad y sus actuaciones políticas, tienen fácil sintonía con las grandes masas. No se entiende que para enfrentarlos políticamente, Chávez y sus voceros recurran solo a los insultos barriobajeros con una actitud que hace recordar aquel tradicional aserto que perro que ladra no muerde.

Mucho más difícil de entender es la actitud altamente riesgosa del gobierno, y especialmente del presidente, mandatario y de carrera militar, en el manejo del diferendo y los delicados detalles con Guyana; en el derecho internacional, el concepto de que quien calla otorga no es un refrán, es un hecho que compromete. Y ante la actitud del Gobierno de Guyana, no sólo la incompetencia y errores de manejo por parte del Gobierno venezolano nos perjudican, sino que justo ahora, callan. Por eso, en este caso el miedo es nuestro, el miedo a que se dejen perder nuestros derechos sobre más de 300.000 km2 de tierra y mar.

http://www.analitica.com/va/editorial/2487736.asp

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