Saturday, September 3, 2011

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda
Juan B. Poquelin
Sábado, 3 de septiembre de 2011

El viejo refrán, referido a la vestimenta de la mona, nunca pierde
vigencia, tal como es el caso del otro que dice "El hábito no hace al monje"

El día de su cumpleaños, un Chávez convaleciente, se asomó en el "balcón
del pueblo" para que lo vieran y oyeran centenares de sus adoradores,
todos vestidos con camisas rojas. Les dijo lo siguiente: "¿Por qué
tenemos que andar todo el tiempo de camisas rojas?. Estaba que si me
ponía el uniforme y yo mismo le dije (...) a mi hija Rosa que estaba
aquí, y hasta a la enfermera: Ayúdenme un poco a buscar aquí entre ese
poco de camisas, y entonces salió una verde. No, verde se parece a una
militar. Salió una amarilla pollito y dije: ¡ese amarillo pollito! Y un
pantalón beige". De inmediato, fueron muchos los que se quitaron las
camisas y expusieron sus torsos al viento. Desde entonces, es raro ver
camisas rojas en las manifestaciones de apoyo al líder.

El cambio de color, de vestimenta no hace que cambie la mentalidad de
quienes cambian. El rojo siempre estará arraigado en los idolatras o en
quienes, sin ser idolatras, sino aprovechadores, temen desobedecer los
mandatos. Es bueno recordar las palabras de Rafael Ramírez, presidente
de PDVSA, en una asamblea de empleados de la petrolera estatal: "PDVSA
es roja rojita."

Y es que el amor por el rojo le viene a Chávez por muchas vías: rojo es
el color que siempre distinguió al comunismo; hubo las "brigadas rojas"
en Italia; no puede olvidarse el Khmer rojo; "rojos" llamaban los
franquistas a los republicanos durante la guerra civil española; roja es
la bandera de China.

Chávez incurre en un error que denota su ignorancia de la historia
venezolana: al cambiar el rojo por el amarillo no se da cuenta de que el
amarillo era el color de su ídolo Ezequiel Zamora mientras que rojo era
el color de los despreciados conservadores que, aunque suene
contradictorio, tenían unas ideas mucho más avanzadas que las de los
liberales.

No hay que dejarse engañar por cuentos chinos: Chávez y sus secuaces
seguirán siendo "rojos rojitos" por los gusanos de épocas ya sin
vigencia que tienen en sus cabezas. Vale la pena recordar el refrán
argentino: "al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen chiquito" que
quiere decir que hay que aceptar lo inevitable.

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2599929.asp

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